31 de octubre de 2009
El Nuevo Herald
Por lo general, cuando alguien penetraba ilegalmente el banco de datos de una compañía, se perdía una computadora con información personal o alguien robaba los números de tarjetas de crédito, eran los consumidores los encargados de alertar a los burós de crédito, verificar esa información con frecuencia y reestablecer su historial de crédito. A partir del domingo, las compañías que facilitan crédito tendrán que dar pasos adicionales para proteger la información personal de los consumidores, así como investigar si encuentran algo que provoque sospechas. Ahí es cuando entran en vigor las reglas de la Comisión Federal de Comercio (FTC). La llamada "Red Flag Rule' exige que los negocios, tanto grandes como pequeños, hagan un mejor trabajo a la hora de verificar la identidad de sus clientes para evitar que los ladrones de identidad los perjudiquen. Una amplia gama de negocios, desde empresas de electricidad hasta consultorios médicos, tendrán que estar al tanto de las alertas de fraude en el reporte de crédito de los consumidores, identificaciones que no se parezcan a la persona que las presenta y cualquier cosa que provoque sospechas de fraude. Esas y otras 23 alertas potenciales deben hacer que las empresas tomen medidas adicionales para determinar con quién interactúan. "[La norma] se concentra en cualquier empresa que extienda crédito', indicó el abogado miamense Luis Salazar, del bufete Greenberg Traurig. "Si hay una alerta, entonces tienen que investigar'. "Los pequeños negocios no están excluidos, ni siquiera los muy pequeños, si cumplen los requisitos de acreedores', agregó Salazar. Los negocios que aceptan tarjetas de crédito como forma de pago no están necesariamente sujetos a las reglas, que entraron en vigor en el 2007. El plazo para que las reglas entren en vigor se ha prorrogado, de manera que los negocios tengan tiempo de formular planes para enfrentar el robo de identidad. El robo de identidad ha sido la principal queja de los consumidores a la FTC en los últimos nueve años y en el 2008 se presentaron 314,000. La Florida tuvo unas 133 quejas por cada 100,000 habitantes, uno de los índices más elevados del país. "Nadie quiere sentirse abrumado con normas', afirmó Salazar, "pero el público quiere que se haga algo sobre el robo de identidad'.