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  Por el libro

5 de octubre de 2009

La Opinion

Los niños y adolescentes distraídos, que no siguen instrucciones, hiperactivos e impulsivos son candidatos para sufrir acoso en sus escuelas. El estudio "TDAH y conmorbilidad con Bullying", realizado en la Consulta Externa de Psiquiatría Infantil y de Adolescentes del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario, revela que los alumnos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son más propensos a ser víctimas de bullying.

Uno de los hallazgos más importantes de este trabajo de investigación, que inició en octubre de 2008, es que el 66 por ciento de niños y adolescentes con TDAH sufre agresiones, en contraste al 8 por ciento de estudiantes que no padece este trastorno.

Y es que como muestra tuvieron a 62 niños y jóvenes con TDAH y 538 estudiantes de ocho escuelas públicas y privadas del área metropolitana de Monterrey, lo que les permitió comparar a los pacientes con los alumnos regulares. Todos tenían entre 9 y 18 años.

Otro de los resultados reveladores es que el 53 por ciento de estos pacientes con TDAH son víctimas, mientras que el 13 por ciento son victimarios y un 5 por ciento agreden y son agredidos.

El psiquiatra Mario Cáceres, director del estudio, dice que la gravedad de que una persona con TDAH sufra bullying es que las consecuencias para las víctimas pueden ser graves.

"El peligro es que vayan a terminar con cuadros de ansiedad, depresión, baja autoestima, suicidio, conductas delincuenciales y abandono escolar", advierte el también director de Consulta Externa de Psiquiatría Infantil y de Adolescentes.

Con base en los resultados, la situación de bullying es grave porque casi la mitad de los niños con TDAH, un 47 por ciento, sufre acoso todos los días, a diferencia del 26 por ciento de los otros estudiantes.

"Este grupo es el que se va a reflejar en patología psiquiátrica, porque para que el bullying tenga impacto tiene que ser frecuente y repetitivo", explica Cáceres, quien utilizó el Test Bull-S (evaluación de agresividad entre escolares) y las Escalas Vanderbilt (evaluación del TDAH).

La importancia de asociar el bullying con el TDAH es que éste es un trastorno de conducta frecuente, de origen biológico, que afecta al 12 por ciento de la población infantil.

En cuanto al bullying, agrega Cáceres, la mayoría de las investigaciones señalan que entre un 11 y 40 por ciento de los estudiantes sufre esta forma de maltrato, normalmente intencionado y perjudicial de uno o más estudiantes hacia otro.

"Este es un estudio inédito porque los estudios sobre bullying se han realizado asociándolo con depresión e intento de suicidio, pero no con TDAH".

TDAH: FACTOR DE RIESGO

¿Por qué 66 por ciento de los niños con TDAH sufre acoso en la escuela?

La explicación, para Cáceres, es que los niños y adolescentes con trastorno presentan impulsividad, inatención e hiperactividad, lo que les genera rechazo de compañeros y maestros.

"Generalmente son estigmatizados y etiquetados desde el grupo, en complicidad con los docentes", explica el también presidente de la Asociación de Psiquiatría de Niños y Adolescentes del Norte.

"Suelen ser focos de atención con una connotación altamente peyorativa por lo que serán constantemente señalados y agredidos".

El investigador dice que otro problema es que probablemente quienes tienen este déficit no están siendo diagnosticados.

"No se hace el diagnóstico por falta de conocimiento, por mitos como: 'si tiene TDAH estará en tratamiento y le darás droga, Ritalin".

Otro de los resultados significativos del estudio es que un 67 por ciento de los niños con TDAH y un 49 por ciento de estudiantes sin trastorno son insultados y amenazados.

Mientras que un 29 por ciento de los pacientes dice ser rechazado, sólo el 3 por ciento de los alumnos sin déficit se siente así.

Respecto al lugar donde ocurre más frecuentemente el acoso es en el aula: un 74 por ciento de los niños y jóvenes con TDAH y un 55 por ciento de los estudiantes es agredido en este espacio.

Cáceres dice que esta situación es grave y tal vez está sucediendo porque el maestro tiene un desconocimiento del acoso o lo fomenta llamándole la atención al niño con trastorno de forma peyorativa.

"El maestro, al desconocer sobre el trastorno, contribuye al fenómeno del bullying".

Por eso, el psiquiatra aconseja vigilar muy bien lo que sucede en las aula, incluso durante los cambios de clase.

Cáceres concluye que hay un desconocimiento del problema por parte de los padres, los maestros y los propios alumnos respecto al fenómeno del acoso escolar.

"Se sugiere establecer un programa para la prevención y el manejo del bullying", señala en las conclusiones de su artículo de investigación.

Además, los niños y adolescentes que tengan síntomas relacionados con el trastorno deben ser evaluados por un psiquiatra.

Los signos de un trastorno

Saber si el menor tiene Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad podría evitar que afecte su vida escolar y social. éstos son algunos síntomas:

FALTA DE ATENCIóN

A menudo no presenta atención a los detalles.

No sigue instrucciones y no finaliza las tareas.

Se le pierden objetos con mucha frecuencia.

Se distrae con estímulos irrelevantes.

Se descuida en las actividades diarias.

Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.

HIPERACTIVIDAD

Con frecuencia abandona su asiento en la clase.

Corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.

Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.

Suele actuar como si estuviera impulsado por un motor.

Habla en exceso.

IMPULSIVIDAD

A menudo emite bruscamente las respuestas antes de que hayan sido terminadas las preguntas.

Tiene dificultades para esperar su turno.

Se inmiscuye en actividades de otros.

NOTA: Si el niño o adolescente presenta seis o más síntomas a lo largo de seis meses, tanto en casa como en la escuela, consulte con un psiquiatra.


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