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  Por el libro

30 de septiembre de 2009

La Opinion

Agobiados por las presiones económicas, cada vez más ancianos están siendo abandonados en clínicas y hospitales por sus familiares, una tendencia que durante la Gran Depresión de los años 30 tomó fuerza, y ahora ha vuelto a mostrar su rostro.

Sólo en el condado de Orange, en lo que va del año 20 ancianos han sido dejados a su suerte en lugares públicos; el 40% sucedió en un centro de salud, indica la directora del programa de Servicios de Protección de Adultos.

"Son casos trágicos de abuso de ancianos, en donde nuestras trabajadoras sociales deben encontrar a los familiares de estas personas, porque simplemente las dejan abandonadas en los hospitales sin que acudan a recogerlos y sin que nadie se preocupe por ellos", indicó Carol Mitchell, gerente de programa de Servicios de Protección de Adultos en Orange.

Las presiones económicas que enfrentan las familias, el desempleo y los altos costos del cuidado médico que representa un anciano han conformado la tormenta perfecta para que estos costos comiencen a repuntar en el Sur de California.

"Realmente es una mezcla de todo lo que está pasando. Las familias con un anciano se desesperan porque enfrentan una presión enorme en estos tiempos",

Estadísticas de esa misma agencia revelan que de 1994 a la fecha se ha registrado un aumento del 175% en la cantidad de incidentes de abusos a ancianos.

A escala estatal, California Department of Aging (CDA), reporta que en el pasado ciclo fiscal más de 110 mil personas mayores sufrieron de algún tipo de abuso.

En algunos casos, los familiares dan nombres y direcciones falsas en los hospitales, por lo que es necesaria la intervención de la Policía para encontrar a los parientes de lo ancianos cuando no hay razón médica para que los admitan.

"Los familiares llegan a pensar que sus ancianos estarán mejor atendidos en un hospital que frente a la crisis financiera que ellos están viviendo, y por ello optan por dejarlos en los hospitales", explicó Laura Trejo, directora de Los Angeles Department of Aging.

Para Trejo, la carencia de información sobre la existencia de programas de ayuda social es otro de los factores que esconde el abandono de ancianos en lugares públicos.

"No se puede culpar a los familiares, realmente están desesperados y no saben adónde acudir", agregó Trejo.

Las agencias de asistencia en el Valle Imperial y San Diego también reportan casos donde las personas a cargo se niegan a llevarlos de vuelta a casa porque no cuentan con los recursos económicos para cuidarlos.

Luz María Estrada, quien tiene a su cargo el cuidado de su madre de 87 años, no justifica el abandono de ancianos; sin embargo, reconoce que la propia salud de quien cuida a una persona mayor se viene abajo debido al estrés emocional y físico de cuidar a un octogenario.

"Son subidas y bajadas. Todo parece caminar bien cuando repentinamente todo cambia. Una caída, comida en mal estado... son tan frágiles que vives como en una cuerda floja todo el tiempo esperando que el siguiente día todo mejore, y termina por afectar los nervios. Yo quiero mucho a mi mamá, pero su cuidado está acabando con mi propia salud", confiesa.

EN ESPERA DE UN HOGAR

Una vez detectados los ancianos abandonados, éstos son enviados a hogares emergentes o alguna de las más de 1,400 casas de asistencia que operan en el estado; sin embargo, en condados como Los ángeles, donde no existe un seguimiento de datos estadísticos que demuestren la cifra de ancianos abandonados, sí se registra que los casos han comenzado a presentarse en clínicas locales, acompañados de otro fenómeno: el incremento en la cantidad de adultos mayores en lista de espera para un hogar de emergencia o una casa de asistencia permanente.

"La situación está fuera de control y seguramente lo que está pasando en el Sur de California no son casos únicos. Mientras todas las medidas de auxilio para sobrevivir a la crisis económica se enfocan en las familias, los trabajadores o los niños, los ancianos están sufriendo en silencio cuando son ellos unas de las víctimas principales de esta crisis", comentó Ramsey Alwin, directora de Economic Security Initiative for Aging.

Alwin enfatizó que, además, la histórica tasa de desempleo y los embargos hipotecarios también ha destapado que en números mayores, familias están sobreviviendo de las pensiones de los adultos mayores.

"Algunos ancianos llegan a morir esperando que se les brinde un lugar digno para vivir", afirmó Alwin

REDUCCIóN DE AYUDA

Los planes de recorte presupuestario a los servicios de asistencia en casa podrían contribuir a un aumento en la presión que enfrentan las familias para cuidar de sus seres queridos y, por ende, resultar en un incremento de ancianos que terminen en salas de emergencias abandonados a su suerte, indicaron especialistas.

"Lamentablemente una cosa va entrelazada con la otra", indicó Laura Shaham, directora ejecutiva de la Asociación Americana de Hogares y Servicios para Ancianos.

A partir del 1 de noviembre, alrededor de 97 mil personas mayores de bajos ingresos en California perderá una parte de sus servicios en el hogar, y otras 36 mil perderán los servicios por completo, debido a los recortes presupuestarios que se avecinan en el programa de Servicios de Apoyo en el Hogar (In-Home Supportive Services program).

"Esto va a ser un desastre humanitario. Habrá decenas de ancianos frágiles llamando a servicios protectores de adultos, en los hospitales o morir en sus casas abandonados a su suerte", dijo Melinda Bird, abogada de la Agencia de Derechos de los Discapacitados de California con sede en Los ángeles.

Según cifras del Departamento de California de Servicios Sociales, alrededor de 462 mil personas mayores de bajos ingresos cuentan con el programa de asistencia en el hogar.

El corte financiero irá acompañado de medidas más estrictas para los proveedores de asistencia a ancianos, como escrutinio de huellas digitales y verificación de antecedentes penales. Con estas medidas, el estado espera ahorrar 82.1 millones de dólares anuales.

"La mayoría de los proveedores son los propios miembros de las familias, así que si les niegan estos servicio estarán afectando a la familia entera", indicó Trejo.

Aunque los recortes aún no entran en vigor, trabajadoras sociales como Mabel Gutiérrez, quien se especializa en el cuidado de ancianos, indica que ubicar servicios de ayuda para sus clientes es ya uno de los retos más grandes que enfrenta.

"Hay muchos casos de abuso financiero, de desnutrición, abuso sexual, de negligencia, de cuidado. Y, frente a esta crisis, encontrar agencias que tengan la capacidad de ayudarlos es un verdadero reto, porque muchas de esas organizaciones que antes ayudaban a mis clientes hora no tienen fondos para asistirlos. Es realmente frustrante", indicó Gutiérrez.

En promedio esta especialista recibe por mes entre 15 y 20 nuevos casos, sólo en la región del condado de Orange.


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