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  Por el libro

27 de septiembre de 2009

El Nuevo Dia

La tensión y la incertidumbre reinan en el país por la recesión económica que se vive hace tres años y el panorama poco alentador que se aproxima tras el anuncio del despido de 16,970 empleados públicos.

Con eso en mente, son muchos los puertorriqueños que ya hicieron ajustes en sus finanzas y no descartan hacer más, debido a la reacción en cadena que genera la noticia. Gastar está terminantemente prohibido y hay que ponerle un pestillo al bolsillo.

Para la maestra de español del sistema público, Jennifer Franqui -de 28 años-, atrás quedaron los almuerzos diarios en la calle, el arreglo semanal del cabello y el mensual de las uñas. En Navidad no habrá regalos para su familia porque "ahora si no dan el bono con la Ley 7... unas galletas habrá que hacerles".

El "punto de jangueo" con las amistades también lo eliminó de la lista de gastos. "La compra (de alimentos) que hago es todo lo que esté en especial. El almuerzo hay que cocinar todos los días y llevar al trabajo, porque con el revolú del IVU ya nadie come en la calle con un combo de $3. Eso ya no existe".

"Las uñas y el pelo... aprendí a pasarme el ‘blower’ y la plancha obliga’o porque no puedes pagar $25 todas las semanas en el ‘beauty’. Retomé la tarea de hacerme las uñas yo misma, porque no podía pagar $30 todos los meses", dijo sin pausa.

De esa merma en clientes sabe el estilista Jorge Matos Amaro. "El cliente que venía y se afeitaba, se arreglaba y se cuidaba su barba o se hacía el candado, ahora te dice: ‘Recórtame nada más’ ".

"La visita no es tan frecuente (como antes). Tenía clientes que venían todas las semanas. (Ahora) vienen una vez al mes. Ya no es lo mismo. Por ende, la baja en la venta es doble", agregó Matos Amaro.

Entre recorte y recorte, sus clientes le cuentan que hicieron ajustes económicos, porque les bajaron las horas de trabajo, se quedaron desempleados o sencillamente ya no cuentan con el pago por horas extra. Los sastres y los zapateros, quizá, son los beneficiados con la crisis económica porque, según le dicen los clientes, optan por remendar o arreglar zapatos y ropa antes de botarlos y comprarlos.

Ese freno en las finanzas del puertorriqueño por concepto de compras, rutinas de belleza, salidas para divertirse y hasta en la adquisición de comestibles de menor calidad tiene un efecto cíclico en otros renglones. El pediatra Elías Bou Gauthier aseguró que desde "que comenzó la recesión ha bajado la cantidad de pacientes. He tenido una consecuencia directa", dice el galeno con consultorio en Bayamón.

"La gente pierde el trabajo. Por lo tanto, también se quedan sin plan médico y, cuando se enferma el niño, no lo traen. Eso es así", dijo el pediatra.

Explicó que los padres optan por ir a la farmacia y pedir algún expectorante o hasta antibióticos -si es lo suficientemente osado el farmacéutico para venderlos sin receta- para el menor enfermo.

Indicó que, aunque los despidos masivos han sido en el gobierno, también los hay en la empresa privada, y la economía en términos generales sufre las consecuencias. "Eso es una cadena. Se afecta mucha gente no sólo los que pierden el trabajo. Yo soy parte de esa cadena", afirma Bou Gauthier.

Taína Krause, una cajera de un banco, vive a la expectativa de ser despedida en cualquier momento. "Como soy cajera, Dios no lo quiera, me descuadro y estoy botá. Todos los días me levanto y pienso que no me puedo quedar sin trabajo y dejar a mi esposo solo (con las deudas). A mi esposo (un empleado de una cadena de farmacias) le dijeron que la plaza que él tiene a lo mejor la van a quitar", dijo la mujer madre de una niña de dos años.

Es por ello, que Taína y su esposo redujeron los gastos rutinarios. Bajó la tarifa de cable, acostumbran salir en un solo carro y las comidas fuera del hogar están vedadas. "Me imagino que peor se va a poner. Uno no sabe si mañana va a tener trabajo. Uno está con tensión, bien preocupante", dijo Taína.

Una tensión que comparte el investigador del Departamento de Transportación y Obras Públicas, Ricardo Abreu. "Tememos al despido. Estamos tensos", dijo el hombre que se abstiene de cualquier compra y cuyos ahorros son cero.

"Esto es lo peor porque en un huracán te dicen ‘por ahí viene’ y sabes que va a pasar por ahí. Y en estos momentos dicen que viene y viene, pero no sabes cuándo va a pasar. No tienes la trayectoria. Puede ser que llegue a mi oficina ahora y esté la carta (de despido). Esto es una incertidumbre", afirmó con evidente preocupación al pedírsele que describiera la situación imperante en el país.

Hace meses que quitó el teléfono de su residencia y los celulares, trae comida diaria de su casa para el almuerzo y un mes paga la factura del agua mientras deja atrasar la de la luz para pagarla al mes siguiente. "He tenido que buscar un ‘part-time’ para lidiar con la gasolina porque acuérdate todo está subiendo".

Y si el bolsillo se pone más apretado, Ricardo ya tiene en mente una medida más drástica: irse del país. "Lo más que nos preocupa es la casa porque con sacrificio uno ha logrado tener techo para una familia", dijo resignado el padre de tres menores de 9, 16 y 18 años.

La tasa de desempleo en agosto fue de 15.8%, una reducción de 0.7% en comparación con julio, según el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. Sin embargo, la cifra representa un aumento de 36,000 desempleados en comparación con agosto de 2008.

Una situación que empeorará

Los expertos tampoco prevén un panorama más alentador, sobre todo por los despidos de más empleados del gobierno.

"Agrava la situación porque no se vislumbra un plan concreto de estimular inversión y ahorro. De lo que se ha visto no hay nada nuevo. No hay nada novel. Hace cuánto estamos diciendo que necesitamos un plan de desarrollo económico a largo plazo", dijo el economista Carlos Soto.

Los profesores de administración pública de la Universidad de Puerto Rico, Mario Negrón Portillo y Leonardo Santana Rabell, coincidieron en que la incertidumbre que genera la crisis económica no sólo se circunscribe a la retención o pérdida de empleos y la reducción de gastos.

"Es más que los despidos. Aquí también se habla de una reforma gubernamental de la que no se dan detalles", alertó Negrón Portillo.

Mientras Santana Rabell indicó que los servicios que ofrece el gobierno se pueden afectar. "El problema con lo que se está haciendo en Puerto Rico es que está mal enfocado, porque se está rigiendo solamente por el punto de vista de gasto económico. El problema de Puerto Rico es que el modelo de organización no funciona. Está burocratizado".

Soto recordó las recientes expresiones del gobernador Luis Fortuño anunciando que ya tenía un borrador del plan económico que quiere implantar en Puerto Rico. Opinó que la gente despedida no va a ser absorbida por la empresa privada, las quiebras aumentarán, así como la morosidad en el pago de hipotecas y la tasa de desempleo. "Tenemos un problema que es explosivo. La gente está llegando al punto de la desesperación", dijo el economista.

Esas consecuencias sociales de la crisis económica se podrían manifestar en los casos de suicidio, problemas de salud mental y en la criminalidad, señaló el sociólogo José Rodríguez.

"Eso te lo dice la literatura de sociología, que si tienes una serie de problemas económicos y no se ven posibilidades de manejo, vamos a tener a su vez otra serie de situaciones que van a ser funestas por no decir trágicas", dijo Rodríguez.


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