15 de septiembre de 2009
Yahoo
Hay algarabía en los medios, entre algunos defensores de los derechos del consumidor y en muchos usuarios de tarjetas de crédito porque comienza a aplicarse la nueva ley titulada Credit Card Act of 2009. Pero, ¿esto hará qué bajen los costos o que seamos menos dependientes del plástico? Aunque la mayor parte de la ley entra en vigor en Febrero del 2010, los emisores tienen que operar de otra forma. Tienen que enviar la factura mensual al menos 21 días antes de que venza (antes era 14 días). Notificar por escrito, con 45 días de anticipación que subirán el interés u otros cargos (antes era 15 días). Tampoco pueden incrementar los cargos o el interés a aquellos que fallan en realizar el pago o que se pasan del límite sin haber sido advertidos primero. No es que no van subir el interés, sino que tienen que avisar con más tiempo. Esto le da la opción al consumidor que si no está de acuerdo con el incremento, puede buscar otra oferta o hacer un "opt-out" (generalmente es seguir pagando la deuda al interés antes del cambio, pero no puedes usar más la tarjeta para realizar las compras). Hay otros cambios que son interesantes y se irán aplicando paulatinamente. Por ejemplo: Balances existentes: al menos que estés atrasado 60 días o más, no pueden cambiarte la tasa de interés retroactivamente en balances que ya tengas en la cuenta. Amortiguar la deuda: Si pagas más del mínimo, la diferencia debe ir primero al balance que tiene la mayor tasa de interés. Las ofertas deben mantenerse: Si te ofrecen una tasa baja y temporal para seducirte, no pueden cambiarla durante el primer año de abierta la cuenta. Las tasas promocionales deben, al menos, mantenerlas por seis meses. No cargos por pasarte: Al menos que hayas aprobado lo contrario, no pueden cobrarte por pasarte del límite. Atención menores de 21 años de edad: Necesitas de tus padres o tutores la aprobación. Y que ellos estén en condiciones financieras para poder pagar la deuda en caso de. O puede que no necesites la aprobación de un mayor si demuestras que tienes las condiciones económicas para pagarla tú mismo. No más la "cláusula del terror": Se conoce como el "universal default clause". Le llamo terror porque se aumentaba el interés si te atrasabas en alguna otra cuenta aunque no fuera relacionada con el plástico. Ya no más. Prohibido el "double-cycle billing": Los cargos financieros se aplicarán solamente al promedio del balance del último ciclo, no como hacían antes que combinaban el promedio de balance del ciclo anterior con el actual. La cláusula del "advertencia: peligro del pago mínimo": De la misma forma que hay advertencia en las cajetillas de cigarrillos ahora existirá una advertencia mostrando el peligro de que te mantengas pagando el mínimo. Además te mostrarán cuánto debes pagar por mes para lograr terminar de pagar la deuda en 36 meses. ¿La gente lo leerá? Además se exige que el contrato de las tarjetas esté disponible en línea para leerlos y comparar con otras tarjetas. También se aplican cambios a las tarjetas de regalos. Ahora las tarjetas deben tener un mínimo de vida de cinco años. No hay que negar que sean cambios que benefician al consumidor. Además la ley de treinta y tres páginas divididas en cinco partes, obliga legalmente a los emisores del plástico a ser más transparentes, mejorar la comunicación y restringir algunas prácticas. Pero, ¿bajarán los costos de financiamiento? ¿Bajará el consumo del plástico? No y no. Los emisores subirán los costos, no sólo de financiamiento sino también cortarán beneficios como los puntos, descuentos e incluso disminuirán considerable el crédito disponible. Además, los emisores del plástico siguen teniendo la prerrogativa de cambiar el contrato cuando quieran y seguirán subiendo la tasa de interés como le ha pasado a muchos recientemente. ¿No se supone que si los costos aumentan y los consumidores son sensibles al precio, la demanda disminuya? En situaciones económicas como la actual, sí. Pero, si usamos la historia como espejo, a largo plazo no. Las deudas en tarjeta de crédito siguen aumentando. Según estadísticas de la Reserva Federal, para el periodo 1989-2007, el porcentaje de familias con deuda de plástico aumentó de 39.1% a 46.7%. El promedio de nivel deuda también aumentó: de $3,000 dólares a $7,300. ¿Dejará la industria de seguir buscando formas de generar dinero con el plástico mientras exista demanda? ¿Cambiaremos la forma de consumir o controlaremos el endeudamiento cuando la distancia entre el deseo y la posesión de lo que vemos es sólo un plástico colorido? Cierto que la situación económica actual es un evento único y una experiencia traumática como para influir en un cambio de conducta en muchos de nosotros. No sólo es vivir en carne propia cuán importante es el ahorro y el peligro del exceso de deuda, también de ver en las tarjetas de débito una alternativa saludable. Pero, las finanzas son menos conocimiento, más conducta. El mejor regulador no está en los eventos económicos, en el Congreso o en la información que nos pongan. El mejor regulador de conducta está en nosotros. Al final tú decides.