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  Por el libro

7 de septiembre de 2009

El Nuevo Herald

Byron Sutton tiene una licenciatura en Finanzas pero no trabaja en un banco. En su lugar, se dedica a descargar los embarques en un Home Depot, a tiempo parcial.

"LLevo buscando un empleo a tiempo completo desde la primera semana de febrero', dijo Sutton, vecino de Pompano Beach. "En esta situación del mercado laboral, cajero de banco es el puesto más relacionado con las finanzas que uno puede conseguir. Tengo compañeros de escuela que ya se han dado por vencidos'.

Aunque el índice de desempleo es terrible --10.7 por ciento en la Florida--, no cuenta la historia completa. Mientras que cientos de miles de floridanos han perdido su trabajo debido a la recesión, miles más han sufrido grandes pérdidas en sus ingresos debido a la limitación de las horas de trabajo o la escasez de empleos relacionados con sus capacidades.

Los economistas califican esta situación como subempleo.

La amplitud del subempleo es difícil de medir. Pero además del 9.7 por ciento de trabajadores de todo el país que estaban desempleados en agosto, otro 5.8 por ciento estaba trabajando a tiempo parcial porque no podían hallar una plaza de tiempo completo.

Si se cuentan a esas personas como desempleadas, el índice de desempleo sería de 15.5 por ciento.

No hay cifras actualizadas del subempleo por estado.

Pero en algunos sectores clave de la Florida está claro que el problema es grave.

El comercio internacional es uno de esos sectores. En junio el volumen comercial en los puertos del sur de la Florida fue un 20 por ciento menor que en el mismo período del 2008.

Eso significa menos trabajo para los hombres y mujeres que cargan y descargan los barcos.

"La gente que trabajaba cinco días a la semana, en vez de 40 horas se puede considerar dichosa si trabaja 24', dijo Luis Meurice, agente del Local 1922 de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA).

El total de horas laborales ha bajado 22 por ciento durante los últimos 12 meses entre los 500 trabajadores del sindicato en el Puerto de Miami, dijo Meurice.

"Es duro cuando uno ha trabajado 20 años en el mismo lugar y tiene que ganar 20 por ciento menos porque no hay suficiente trabajo', dijo Meurice, entre cuyos deberes está repartir el trabajo entre sus miembros,

"Estoy tratando de decidir quién va a trabajar mañana', dijo. "Me siento como el rey Salomón con el niño'.

El problema es todavía peor en el sector de la construcción.

El Local 272 del Sindicato de Herreros de Miami representa a 1,400 obreros cuyas habilidades incluyen instalar estructuras metálicas, ventanas y preparar las grúas de construcción. Pero, debido a la crisis del mercado inmobiliario las horas de trabajo se han reducido a la mitad durante los últimos 12 meses.

"Abrimos la oficina todas las mañanas a las 4:30 y los muchachos empiezan a llegar a las 4:45', dijo John Becton, presidente y agente del local. "Es duro decirles que no hay trabajo'.

"Uno tiene que mirar a la gente todas las mañanas al otro lado del escritorio', dijo. "Es muy triste. Hay que rezarle a Dios todos los días'.

En el caso de los estibadores, especialmente los de menos antigüedad, trabajar menos horas es una parte normal de la temporada de verano porque la industria de los cruceros es menos dinámica en estos meses.

Pero Lovette McGill, de 56 años, dijo: "Este año es el peor que he visto desde que estoy en la industria'.

El abuelo de McGill también era estibador, así que ella sabe cómo funcionan las cosas y que el sector tiene temporadas buenas y malas.

Es por eso que mientras sus amistades compraban viviendas nuevas en Miramar durante el auge, McGill terminó de pagar su casa de muchos años en Miami.

Ahora, para complementar sus ingresos, hace trabajos a tiempo parcial preparando ensaladas en un restaurante, por ejemplo, y compra artículos en internet --cascos de seguridad, camisetas, e incluso relojes de pulsera con el logotipo de la ILA-- para revenderlas. "Hay que usar el cerebro para sobrevivir en este mundo', dijo.

Pero gracias a su frugalidad durante los años de vacas gordas --y a que su hija creció y se fue a vivir a otra parte-- McGill se las arregla mejor que muchos otros con el simple recurso de eliminar los gastos no imprescindibles.

"Me he dejado mi cabello al natural', dijo. "No voy a la peluquería. No me hago las uñas. No voy al cine. Le doy gracias a Dios y rezo mucho'.

La amenaza de la reducción de horas parece ser una preocupación para muchos trabajadores. Según una encuesta de Gallup en agosto, al 27 por ciento de los trabajadores les preocupaba que les redujeran las horas, en comparación con sólo 14 por ciento apenas un año atrás.

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Internacional de la Florida concluyó que el subempleo podría ser peor entre trabajadores de minorías. El Instituto de Investigaciones de Políticas Económicas y Sociales de FIU concluyó que 21 por ciento de los trabajadores blancos no hispanos que tenían un empleo a tiempo parcial lo hacían porque no podían encontrar un trabajo a tiempo completo.

Sin embargo, entre los afroamericanos la cifra fue de 33 por ciento, y de un 40 por ciento entre los hispanos.

"Este alto índice de empleo involuntario a tiempo parcial significa que incluso cuando la economía comience crear empleos, demorará mucho más tiempo para que los hispanos y afroamericanos alcancen el nivel deseado de empleo', expresaron los investigadores Chinonso Opurum y Emily Eisenhauer.

Mientras algunos enfrentan la reducción de las horas de empleo, trabajan en sectores que no aprovechan sus destrezas.

Sutton, de 27 años, se graduó de la Universidad Atlántica de la Florida en el 2007 con un título en Finanzas. El sector financiero ya iba cuesta abajo, así que decidió conservar los dos empleos con los que se pagó los estudios universitarios. Trabajaba a tiempo completo en una planta de aires acondicionados para yates, y a tiempo parcial en Home Depot, el único empleo que le queda.


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