1 de septiembre de 2009
El Nuevo Herald
Uno usa tarjetas de crédito para comprar un par de jeans nuevos, pagar una buena comida o sacar algún efectivo. Cada vez que se efectúa una transacción, toda una serie de dígitos y códigos se mueve de un lugar a otro. Y en cada ocasión, uno está poniendo en peligro sus datos financieros. Un ejemplo reciente: El 17 de agosto, la fiscalía federal acusó a un hombre que se alega robó información de 130 millones de cuentas de crédito y débito. El Departamento de Justicia dice que es el mayor caso hasta hoy. Si ya usted ha sido víctima de ladrones de identidad, no está solo, según dice un informe de Newsweek. Ben Bernanke, nada menos que el director de la Reserva Federal, recientemente fue víctima de ladrones de identidad. En el 2008, cuando la esposa de Bernanke estaba sentada en una cafetería Starbucks, un ladrón, que formaba parte de una amplia red de estafadores, le robó el bolso, que contenía una chequera de una cuenta combinada. Los ladrones acabaron por llevarse $9,000, aunque Bernanke no sufrió pérdida financiera alguna. Eso es un ejemplo típico de cómo el robo de identidad todavía se deriva del antiquísimo delito de robo en tiendas. Mientras tanto, según los expertos, los incidentes de robo de identidad derivados de personas que se roban información financiera de las computadoras aumentará, en parte debido al hecho de que cada vez la información es más digital. ``Es como un monstruo de muchas cabezas, muchas', dice Adam Levin, cofundador de Identity Theft 911, con base en Scottsdale, Arizona, y ex director de la División de Asuntos del Consumidor de New Jersey. Levin dice que hay una ``perfecta tormenta' para engendrar más casos de robo de identidad: Las compañías con problemas financieros tienen menos posibilidades de invertir en procesar datos de consumo cuando la economía todavía está mal y el costo de proteger la información afecta las ganancias. En el caso reciente, el miamense Albert González, de 28 años, y dos rusos no identificados se robaron información de débito y crédito de Heartland Payment Systems, una procesadora de pagos de Princeton, New Jersey, de la cadena 7-11, de la cadena de supermercados Hannaford Brothers y de dos tiendas nacionales no identificadas. No fue el único caso anunciado el mes pasado. Radisson Hotels and Resorts dijo que unos ladrones entraron a su sistema de computadoras entre noviembre del 2008 y mayo del 2009 para robarse datos incluyendo nombres de huéspedes, y números y fechas de vencimiento de tarjetas de débito y crédito. La cadena hotelera dice que todavía no sabe de cuántos clientes se trata, pero hay un número telefónico gratis y una página de la red que tienen más información. La interrogante en esos dos ejemplos y en la larga fila de casos de robo de identificación y fraude es ¿quiénes son responsables de prevenir esos delitos, especialmente cuando los ladrones roban información que las compañías tiene en sus servidores de computación? Brian Lapidus, jefe de operaciones de Kroll Fraud Solutions, de Nashville, Tennessee, dice que la responsabilidad es de las compañías. ``Los negocios tienen la responsabilidad de proteger los datos que tienen', dice él. ``Eso es porque existe cierto nivel de confianza entre el negocio y los consumidores'. Pero los consumidores también deben protegerse, dice William Besse, de Andrews Internacional, una proveedora de servicios de seguridad de Los Angeles, que incluyen la actualización del sistema operativo de las computadoras, la creación de contraseñas complicadas y archivos de respaldo.