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  Por el libro

10 de agosto de 2009

Primera Hora

En medio de la recesión económica mundial, la necesidad de conseguir empleo se torna en una búsqueda desesperante y los anuncios clasificados, en una luz al final del túnel. De la misma forma, personas sin escrúpulos, acostumbradas a aprovecharse de la urgencia de otras personas, se agarran del problema del desempleo para lucrarse.

En días recientes, varios lectores se comunicaron con Primera Hora para denunciar una modalidad de estafa que se lleva a cabo a través de los anuncios clasificados y de la que, aseguran, fueron víctimas.

El esquema, según explicaron los perjudicados, se basa en colocar un anuncio de oferta de empleo en la Internet.

Los interesados llaman a los números de contacto provistos y quien contesta les indica que deben hacer depósitos de dinero para costear algunos gastos, ya sea de uniforme o de transporte aéreo.

Las personas realizan los depósitos en cuentas bancarias legítimas y cuando se disponen a encontrarse con los posibles empleadores o intentan contactarles, éstos desaparecen.

Es un esquema muy parecido al de los engaños con ofertas o premios de viajes que, por años, han proliferado en la Isla y en otros países.

El defensor de los derechos del consumidor, Gilberto Arvelo, conocido como "Doctor Shoper", asegura que "en Puerto Rico, debido a la situación económica, los timadores están utilizando los clasificados para engañar a la gente. Los de mayor incidencia son los esquemas de trabajo, porque hay una necesidad clara".

Las personas que hicieron las denuncias a este diario dijeron que respondieron a anuncios publicados en el conocido portal de búsqueda de empleo www.clasificadosonline.com. Los interesados llamaban a un supuesto empleador que ofrecía un trabajo en promociones con una paga de $400 en San Juan. Reclutaba 100 personas, "chicos y chicas entre 18 y 25 años", según indica una copia del anuncio que obtuvo Primera Hora, por lo que el número de timados podría ascender a esa cifra. El aviso informaba que se trataba de promociones para la cerveza doméstica Medalla Light y que los interesados tenían que depositar $5 para cubrir los gastos por concepto de camisa, gorra y vaso. Los afectados dicen haber realizado los depósitos en una cuenta del Banco Popular y que cuando se disponían a recoger sus uniformes, el promotor no apareció ni contestó sus llamadas.

El número telefónico aparece desconectado y el anuncio en la Internet ya no está.

Sin poder radicar querellas

Las hermanas Yari y Yodi Román fueron dos de las personas timadas bajo el mismo modus operandi, pero no han podido querellarse con la Policía. "Como la transacción fue de $5, no me quisieron hacer la querella", relata. Yari.


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