10 de junio de 2009
Primera Hora
En Puerto Rico se está viviendo día a día. Las neveras y congeladores están llenos con lo justo y necesario en la mayoría de los hogares. Y eso se evidencia en los hábitos de los consumidores, que se han ajustado y puesto listos para estirar el dólar ante la crisis económica y el alza en los precios. Así lo demostraron ayer los datos preliminares de la Radiografía del Consumidor, un estudio que presenta anualmente la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), trabajado conjuntamente con la empresa de investigación Gaither International. El hallazgo principal del estudio, que se trabajó con una muestra de 1,350 familias representativas de toda la Isla, apunta a que el 56 por ciento de las familias están comprando menos. En el 2007, 25 por ciento de las familias compraban menos que antes, lo que representa un incremento marcado de 124 por ciento. "Estamos viendo que las familias están yendo más veces al colmado y que se vive de día a día. Van a buscar las cosas básicas que les son necesarias. Es preocupante ver cómo la situación que atraviesa la economía tiene un impacto en la alimentación del país", expresó ayer el presidente de MIDA, Benjamín Negrón. ¿Ahorro? Si la práctica de ir al supermercado más veces y comprando menos, en lugar de hacer una compra grande con menos frecuencia, representa un ahorro real al bolsillo, no quedó claro, ya que los precios han aumentado. Con el mismo dinero las familias pueden comprar menos. De acuerdo con el vicepresidente de MIDA, Manuel Reyes Alfonso, si en el 2006 el estudio estableció que el 60 por ciento de los consumidores estaban tomando medidas para lidiar con los problemas económicos, del 2007 al 2008 ese porciento se eleva a 90. Es decir, que nueve de cada 10 personas hace ajustes en su bolsillo, "porque estamos sumidos en la más grave crisis económica de los últimos 50 años", dijo Reyes Alfonso. En el análisis de los patrones de los consumidores en la compra de alimentos también se observa la tendencia a comprar más carne blanca en lugar de carne de res, por la diferencia en precio. El corned beef, por ejemplo, que cuesta aproximadamente $2, cuando antes su precio era $1.40, sigue siendo uno de los reyes de la mesa boricua ya que rinde para muchas personas por un precio bajo. Lo mismo sucede con otros productos enlatados que, comparados con otros más frescos y de calidad, resultan más económicos. Según informaron los directivos de MIDA, la demanda de pollo en el país se ha disparado de tal forma que la producción local no da abasto y se ha tenido que aumentar la importación del producto. La gente está haciendo compras más frecuentes y también cocinando más en el hogar, no sólo para el consumo en la residencia, sino también en el trabajo. El 45 por ciento de las familias están cocinando en la casa, mientras que en el 2008 esa cantidad era de 37 por ciento, lo que representa un incremento de 21 por ciento. Este 45 por ciento se traduce en 608 hogares en el país. Menos salidas a comer Así las cosas, la frecuencia de las familias para comer fuera también ha bajado y esto ha redundado en pérdidas de 25 a 30 por ciento en las cadenas de restaurantes. El porciento de hogares cuyos miembros están saliendo menos a comer fuera se mantuvo casi al mismo nivel que en el 2008. "El 2009 refleja que 37 por ciento de las familias han dejado de comer fuera, versus 36 por ciento en el 2008 y 26 por ciento en el 2007. Esto pudiera implicar que tal vez para este sector, la situación ha llegado a su punto más crítico", precisó Reyes Alfonso. Cada día las familias buscan más los productos en especial. Hay personas que se vuelven expertas en el análisis de los shoppers y eso es reflejo de la crisis que se vive en el país. En ese renglón, el estudio de 2009 reporta que 32 por ciento busca lo que esté en oferta, versus el 26 por ciento reportado en dicho renglón en el 2009. También se observa una tendencia a comprar empaque individual en lugar de familiar.