5 de junio de 2009
La Opinion
WASHINGTON, D.C.— Las autoridades estadounidenses acusaron ayer de fraude a Angelo Mozilo, ex jefe de la compañía hipotecaria Countrywide y uno de los hombres que alimentaron los excesos de la burbuja inmobiliaria del país. La Comisión del Mercado de Valores (SEC) presentó ayer una demanda contra Mozilo por engañar a los inversionistas sobre la situación de la compañía y por abuso de información privilegiada. También serán procesados David Sambol, el ex jefe de operaciones, y Eric Sieracki, el antiguo director financiero. David Siegel, el abogado de Mozilo, ha negado las alegaciones contra su cliente. Countrywide, que llegó a ser la mayor empresa hipotecaria del país, es una de las compañías consideradas responsables de la crisis financiera estadounidense y mundial, pues extendió préstamos hipotecarios a personas que no se los podían permitir. Muchos de esos créditos fueron agrupados en títulos bursátiles (algo que se conoce como titulación en el argot financiero) y vendidos en Estados Unidos y Europa. La caída de los precios de la vivienda y el salto de la morosidad los convirtieron en los famosos papeles "tóxicos" que aún emponzoñan el sistema financiero. Mozilo conocía la peligrosidad de esos préstamos y él mismo los denominó "tóxicos" en un correo electrónico a Sambol en abril de 2006 que divulgó hoy la SEC. "Estamos ciegos sobre cómo estos préstamos se comportarán en un entorno difícil de alto desempleo, valores inmobiliarios reducidos y una ralentización de las ventas de viviendas", confesó en septiembre de ese año Mozilo a Sambol. Pero de cara al público las declaraciones eran muy distintas. Los tres ejecutivos afirmaban que Countrywide era una empresa que extendía créditos hipotecarios principalmente a prestatarios con una buena situación económica y llegaron a criticar la laxitud de sus competidores, según la demanda de la SEC. Detrás de bambalinas, Countrywide entró de lleno en el negocio de los famosos préstamos subprime, que otorgó a personas sin exigir comprobantes de ingresos ni el pago de una entrada. También adoptó una estrategia "de supermercado", según la bautizó la propia empresa, para igualar cualquier oferta de sus competidores. Mozilo reconoció internamente que había pruebas incluso de que los prestatarios mentían en las solicitudes, pero no lo reveló a la SEC. "Tomó una decisión deliberada de engañar a los inversionistas", afirmó en una rueda de prensa Robert Khuzami, director del departamento de investigaciones de la SEC. La divulgación de la calidad real de los préstamos de Countrywide habría hundido el valor de sus acciones. El resultado de su estrategia fue un incremento extraordinario de su volumen de créditos, que pasó de 62 mil millones de dólares en 2000 a 463 mil millones en 2006, y un deterioro de su calidad. Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, Countrywide rondó la bancarrota y finalmente fue absorbido por Bank of America en 2008. En lugar de decir la verdad a los accionistas para que protegieran su inversión, Mozilo se ocupó de su propio dinero, pues sabía que la mala calidad de los préstamos golpearía a la empresa, de acuerdo con las autoridades estadounidenses. Entre noviembre de 2006 y agosto de 2007, el ejecutivo vendió acciones de Countrywide, que él cofundó en 1969, por valor de casi 140 millones de dólares, justo cuando el mercado inmobiliario había iniciado su caída. La SEC exige que devuelva ese dinero, pague multas por un valor que Khuzami no precisó y se le prohíba formar parte de la dirección de cualquier empresa. Mozilo, de 70 años, es el ejecutivo de más peso contra el que ha actuado la SEC por las irregularidades que avivaron la crisis financiera. La agencia también ha procesado a ex ejecutivos de American Home Mortgage Investment Corporation, otra empresa hipotecaria, y el banco de inversión Bear Stearns, ahora parte de JPMorgan Chase.