25 de mayo de 2009
La Opinion
Aunque muchas empresas seducen a los consumidores con ofertas de devoluciones por compras, a veces es casi imposible conseguir lo prometido. Aprende cómo conseguir el dinerito que te prometen ciertas compañías. Antes de comprar, te prometen de todo para que elijas su producto o servicio, y entre las tácticas más comunes están los reembolsos, o en inglés: rebates, un compromiso de devolución de una porción del valor total de tu compra después que la pagas. Las empresas telefónicas, de tarjetas de crédito, computadoras y electrodomésticos son las que más reembolsos prometen, pero a veces reclamarlos es tan difícil que la mayoría acaba desistiendo… y las promesas de devoluciones de dinero se quedan en el aire. Esos rebates que no acaban de mandarnos y tenemos que pedir y exigir una y otra vez, muchas veces requieren más esfuerzo y desgaste de lo que representan en dinero real. Por eso tenemos que aprender qué hacer para que estas promesas se cumplan sin que tú tengas que pasar un mal rato en el intento de reclamar lo que es tuyo por derecho. Cómo funcionan los reembolsos En muchos casos, el fabricante trabaja con una empresa que se especializa en administrar los reembolsos, y calcula cuántos productos más podría vender si anuncia una devolución tentadora. Entonces contrata a una empresa administradora para que ella se encargue de los reembolsos prometidos a los compradores. Por supuesto que la compañía administradora quiere quedarse con la mayor cantidad de dinero posible depositado por el fabricante, y la única manera de lograr eso es reembolsando el mínimo posible. Y de allí vienen tus dolores de cabeza por reclamar lo que es tuyo, y los esfuerzos de los administradores del reembolso por hacértelo cada vez más difícil para que desistas de reclamarlo. Estos consejos pueden hacerte mucho más fácil la tarea de, luego de semanas o meses de tu compra, llegar a meter en tu billetera el dinero del reembolso: w Para ir con pie derecho desde el primer momento en tu búsqueda del reembolso, antes de comprar un producto pregúntate si sinceramente vas a hacer todo el esfuerzo necesario para reclamar el dinero que te prometen. Si la respuesta es no, debes considerar el precio del producto sin el reembolso prometido y entonces decide si aún vale la pena comprarlo. w Antes de aceptar el rebate, lee las instrucciones con sumo cuidado, pues, ya sabes que las empresas que lo administran apuestan a que tú te cansarás o te olvidarás de reclamarlos. Por ese motivo, establecen reglas muy estrictas para el proceso de reembolso. Sigue todas las instrucciones al pie de la letra y sin equivocaciones para conseguir tu devolución. Asegúrate de enviarle a la empresa todos los recibos relacionados con la compra del producto y cualquier otra indicación (como un número de serie del mismo) que te pidan. w Es esencial que te fijes en la fecha de expiración de la oferta. La validez de muchos reembolsos expira después de cierto tiempo —casi siempre entre 30 y 90 días—, aunque a veces no empiezan a ser válidos hasta después de un período de tiempo. Si envías todo el papeleo para el rebate demasiado temprano, tú pedido podría ser rechazado. ¿Por qué? Pues por otro truco de los administradores: ellos esperan que te olvidarás de enviar la solicitud de rembolso de nuevo, y se quedarán con tu dinero. w Conserva bien guardado el recibo de tu compra original y envía una copia —si es posible, pues a veces exigen que mandes el original— cuando vayas a solicitar tu reembolso. Si la promesa es por valor de $100 dólares o más, envía tu solicitud por correo registrado y con acuso de recibo—así podrás comprobar que recibieron tu pedido. w Si reclamas el rebate por Internet, debes guardar el número de confirmación de solicitud. También por Internet puedes verificar el estatus de tu reclamo para saber cuándo por fin recibirás el dinero prometido. Si no obtienes información satisfactoria, envía un correo electrónico o llama a la empresa en cuestión. No dejes que ellos se olviden de ti, pero tampoco te olvides tú de ellos. w Recuerda que ahora es cada vez más popular el envío de pagos por PayPal, y algunas empresas envían su reembolso por esta vía mediante Internet. Por eso, revisa bien los mensajes que recibas y cuando los detectes, cuídate de no borrarlo creyendo que es un correo electrónico no solicitado. Si te envían un cheque por correo normal, presta atención no sea que confundas el sobre que viene con el cheque con las tantas otras ofertas que normalmente botas en la basura. Y cuando lo tengas en la mano, no demores en cambiarlo, pues generalmente tienen una fecha de expiración de 90 días.