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  Por el libro

17 de mayo de 2009

El Nuevo Herald

El Congreso está a punto de aprobar un proyecto de ley que transforma las relaciones entre las compañías de tarjetas de crédito y los consumidores. Hace tiempo que debía haber sucedido, dicen los defensores del consumidor. Pero los beneficios no serán a corto plazo, incluso si el proyecto llega al escritorio del presidente Barack Obama para el Día de la Recordación, como ha solicitado.

Se contempla que la fecha más temprana que versión de la Cámara o del Senado entre en vigor es nueve meses después de aprobarse. Mientras tanto, la Reserva Federal ha aprobado nuevas normas que no entran en vigor hasta julio del 2010.

"Tanto los políticos como las autoridades normativas atacan a todo galope, pero el enemigo ya está muerto', afirmó David Robertson, editor del Nilson Report, un boletín noticioso que le sigue la pista al sector de tarjetas de crédito.

La deuda de tarjetas de crédito se ha disparado 25 por ciento en los últimos 10 años, a $963,000 millones en enero del 2009, según la Reserva Federal. El índice de mora ha aumentado en más de una tercera parte desde finales del 2006: 5.6 por ciento de las cuentas estaban en mora por lo menos 30 días en el último trimestre del 2008, según cifras citadas por la Casa Blanca.

Lo que exacerba la situación es que las compañías de tarjetas de crédito, resentidas por pérdidas de ingresos, en meses recientes han tomado medidas punitivas, como aumentar la tasa de interés y reducir las líneas de crédito, tanto para los clientes en mora como para los que pagan a tiempo.

En una encuesta realizada por la entidad en línea de educación del consumidor Credit.com en febrero, 33.7 por ciento de 1,004 clientes dijeron que su compañía de tarjeta de crédito les había aumentado la tasa de interés o el pago mínimo, cambiado la fecha de pago, reducido el límite de crédito y los programas de compensación, o sencillamente cancelado la cuenta. Expertos del sector dicen que esperan que tales medidas continúen.

"La implementación [de las nuevas medidas] se demorará entre nueve y 12 meses; pienso que el reino de terror que enfrentan quienes tienen tarjetas continuará', afirmó Adam Levin, el director de Asuntos del Consumidor de New Jersey y fundador de Credit.com.

Otros analistas piensan que los emisores de tarjetas de crédito no tomarán medidas punitivas para que no parezca que están esquilmando a los consumidores.

"El cambio en la ley no ayudará directamente [a los consumidores] a corto plazo, pero creo que la situación general del sector ha cambiado tanto que habrá empresas que hagan lo correcto', indicó Nick Bourke, gerente del proyecto Safe Credit Cards del Pew Charitable Trusts.

Autoridades de la Casa Blanca, que han arreciado los esfuerzos para reformar el sector, tienen optimismo de que los cambios serán rápidos.

"Creo que los consumidores verán rápidamente una mayor competencia entre las compañías de tarjetas de crédito', dijo Jared Bernstein, jefe de asuntos económicos del vicepresidente Joe Biden.

La competencia, dijo, a final de cuentas significará tasas de interés menores.

Scott Talbott, vicepresidente de Asuntos de Gobierno de la Mesa Redonda de Servicios Financieros, un grupo del sector, dijo que la mayoría de los cambios en el tipo de interés son resultado de medidas tomadas por los consumidores. "Un pequeño número de personas han sufrido un alza en el interés de sus tarjetas debido al mayor riesgo en la economía', explicó.

Cualquier cambio en los términos en los próximos meses, agregó, no se deberá a leyes de tarjetas de crédito. "El aumento en los tipos de interés y los cargos no es algo premeditado', dijo, "sino el resultado de las fuerzas del mercado y los términos de los contratos'.

A Sean y Mary Craig les preocupa que las nuevas reglas hagan poco por mejorar su situación. A la pareja de Ashburn, Virginia, la Blue Card de American Express le redujo el límite de crédito $11,300 a $5,900, casi lo mismo que debían en ese momento. Sean, el tarjetahabiente principal, dijo que su calificación de crédito resultó afectado porque mientras más cerca está un saldo del límite de crédito, menor es la calificación de crédito.

La pareja había tratado de conseguir un préstamo para consolidar sus deudas, que es de aproximadamente $15,000. Aunque ambos trabajan --él es gerente minorista y ella es reclutadora y especialista en comercialización-- han tenido que batallar para pagar sus pagos mensuales de tarjetas de crédito, que ascienden a $700 mensuales.

No recibieron el préstamo debido a la calificación de crédito de Sean y los ingresos de ambos. Protestaron ante American Express, alegando que siempre pagaron a tiempo y más del mínimo exigido. "Es muy frustrante cuando uno hace lo correcto, cuando paga sus cuentas, y entonces lo penalizan', dijo Sean.

El banco se negó a modificar los términos. Los ejecutivos de American Express normalmente no hablan de casos individuales, pero aceptaron hacerlo en este caso porque Sean Craig los autorizó por escrito.

Desiree Fish, portavoz de American Express, dijo que la empresa se basa fundamentalmente en la deuda del cliente en relación con sus ingresos al tomar decisiones sobre líneas de crédito. El índice FICO de crédito del cliente también es importante.

Fish explicó que American Express decidió no retractarse sobre la base de estos factores. "Queremos ser un prestamista responsable y queremos asegurarnos de que los tarjetahabientes no gasten más de lo que pueden pagar', agregó.

Tom Robertson, vecino de Baltimore y quiropráctico, dijo que hace poco Bank of America le informó que le había reducido su límite de crédito de $40,000 a $20,000 porque usaba poco la línea de crédito. Robertson dijo que siempre ha pagado a tiempo su saldo completo. Preocupado de que ello pudiera afectarle su calificación de crédito, llamó a la empresa. Después de una larga discusión, el banco aceptó aumentar el límite en $5,000. "Estoy en el punto en que no quiero usan nunca una tarjeta de crédito', dijo.

Los defensores del consumidor y los economistas dicen que los prestatarios que batallan con una deuda pesada deben presentar sus casos a sus acreedores.

En este momento no hay tantas ofertas de transferencia de saldos a bajo interés, pero todavía hay algunas. Si usted ha recibido esas ofertas y no exigen cargos elevados, llame a su compañía de tarjeta de crédito y pida hablar con un supervisor. Explíquele que usted desea transferir el saldo.

Y si no tiene esa solución a la mano, simplemente dígale que usted desea pagar su deuda pero que no puede hacerlo sin alguna asistencia.

Bank of America ha modificado unos 1.3 millones de cuentas de tarjeta de crédito mediante reducción de intereses y pagos mensuales desde principios del 2008, dijo Betty Riess, portavoz de la empresa.

Por su parte, Chase ha aumentado en 20 por ciento desde el 2007 la cantidad de cuentas en programas de reestructuración, dijo Stephanie Jacobson, portavoz de Chase Card Services at J.P. Morgan Chase.

Si usted no puede conseguir mejores términos y no puede pagar sus cuentas, podría acudir a una agencia de asesoría de crédito para negociar un plan de pagos. Pero primero verifique el historia de la empresa con el Better Business Bureau, la Fiscalía estatal y entidades de protección al consumidor para conocer si hay alguna denuncia contra las entidades que está considerando.

Sin embargo, a final de cuentas los consumidores tendrán que enfrentar la situación y determinar cómo pagar su deuda, lo mismo reduciendo gastos, generando más ingresos o mediante otros medios.

"No hay otra alternativa que apretarse el cinturón y pagar', dijo Robertson. "En esa situación estamos como nación'.


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