18 de abril de 2009
El Vocero
Washington - General Motors ofrecerá hoy detalles de su proceso de reestructuración tras dos semanas de reuniones con representantes de la Casa Blanca y entre informaciones de que está siendo presionado para que se quede sólo con tres marcas. La conferencia de prensa que ofrecerá en Detroit el presidente y consejero delegado de General Motors (GM), Fritz Henderson, se produce después de que los directivos de la empresa hayan completado dos semanas de reuniones con los integrantes del Grupo Presidencial del Automóvil (GPA). Este grupo fue creado por el presidente estadounidense, Barack Obama, para supervisar la reestructuración del sector automotriz y es dirigido por el Departamento del Tesoro, que ha proporcionado 17.400 millones de dólares en préstamos a GM y Chrysler. El periódico The Detroit News dijo ayer que el GPA ha señalado a General Motors que tiene demasiadas marcas y que necesita deshacerse de la mayoría. La compañía cuenta en la actualidad con ocho marcas: Chevrolet, Cadillac, Buick, GMC, Saturn, Hummer, Saab y Pontiac. El fabricante ha señalado que su plan de reestructuración pasa por la eliminación de las cuatro últimas, pero Washington parece convencido que sobrevivirá mejor si también elimina GMC. Precisamente, el miércoles GM reveló que una firma de inversiones y un grupo de concesionarios de Oklahoma están interesados en la adquisición de Saturn. También está buscando comprador para Hummer y ha dejado claro que considera la sueca Saab como una marca independiente a la que ha dejado de financiar. El Gobierno estadounidense ha dado a la compañía hasta el 1 de junio para desarrollar un nuevo plan de reestructuración que reduzca significativamente su nivel de endeudamiento, sus obligaciones financieras y sus costes laborales para poder recibir miles de millones de dólares en ayudas públicas. Sin ese dinero, que podría ascender hasta 16.600 millones de dólares (que se sumarían a los 13.400 millones que GM ha recibido desde diciembre), el mayor fabricante estadounidense se verá forzado a declararse en suspensión de pagos. En este sentido, GM dijo que está preparando una oferta para cambiar bonos por acciones para eliminar o reducir de forma sustancial su deuda no asegurada, cifrada en 28.000 millones de dólares. La Casa Blanca parece inclinada a permitir que al fabricante se declare en suspensión de pagos y dividir los activos existentes para crear una nueva compañía que emergería en escasas semanas de la bancarrota. La nueva General Motors se quedaría con los activos rentables y las marcas Chevrolet, Cadillac, Buick y posiblemente GMC.