16 de abril de 2009
El Nuevo Herald
Se espera que los precios de la gasolina se mantengan relativamente bajos este verano, así que los conductores podrán irse de viaje a pesar de la mala situación económica, según pronósticos del gobierno federal. La Dirección de Información de Energía (EIA) informó que se espera que la gasolina regular mantenga un precio promedio de $2.23 por galón durante abril y septiembre, aunque es posible que cambie e incluso podría subir a más de $2.30 a finales del verano. Pero es una ganga en contraste con el verano pasado, cuando la gasolina promediaba $3.81. La considerable baja del precio del crudo, que se pronostica alcanzará este año un promedio de $53 por barril tras llegar a costar $147 por barril el verano pasado, es la razón principal de los precios bajos en las gasolineras. El informe de la EIA agrega que se espera que la producción de petróleo crudo en Estados Unidos aumente este año en unos 440,000 barriles adicionales, a 5.4 millones de barriles diarios, tras una baja el año pasado. El aumento de la producción se debe en gran medida al comienzo de las operaciones de dos enormes plataformas petroleras en las aguas profundas del Golfo de México. Se espera que la plataforma Thunder Horse, que BP comenzó a operar el año pasado, extraiga más de 200,000 barriles al día, y la nueva plataforma Tahiti de Chevron, 125,000 barriles al día para mediados de año. De cualquier manera, no se espera que la producción adicional cambie significativamente la dependencia de Estados Unidos de la importación, que todavía constituye el 58 por ciento del consumo nacional. Howard Gruenspecht, administrador interino de la EIA, admitió la incertidumbre que rodea los pronósticos de precios de la entidad. Los precios de la gasolina dependen en gran medida del precio del petróleo crudo y si la economía comienza a recuperarse más temprano y con más fuerza de lo que pronostica la EIA, los precios del crudo y de la gasolina podrían aumentar, según el informe. 'Estos pronósticos no están escritos en acero', afirmó el vocero Jonathan Cogan. ``No tenemos una bola de cristal'.