21 de febrero de 2006
Investigadores aseguran que el desastre por el maremoto de 2004 que cobró las vidas de miles de personas es un ejemplo claro de que las personas pobres y menos favorecidas del mundo tienen más probabilidades de morir en desastres naturales que los que tienen niveles socioeconómicos superiores.El huracán Katrina y el enorme terremoto en Pakistán del otoño pasado también son ejemplos de esta disparidad, según concluye un artículo publicado el domingo por el Instituto terrestre de la Universidad de Columbia en la Universidad de Nueva York de esa ciudad.La gran mayoría de las personas que murieron durante el maremoto eran relativamente pobres, muchos de ellos pescadores de oficio. Los expertos aseguraron que es duro para los científicos medir el impacto económico de las muertes de estas personas porque poco contribuían a la economía formal.También anotaron que las pérdidas por propiedades aseguradas fueron mínimas. Esto no se debió a que se hubiera destruido poco en el desastre sino a que muy pocos tenían seguro para sus propiedades.Finalmente, los autores del artículo dijeron que, por mucho tiempo se ha sabido que aquellos países con los puntajes más bajos en el Índice de desarrollo humano sufren muchas más pérdidas severas que los países ricos cuando ocurre un desastre natural.Esto se debe en parte a las capacidades inadecuadas de atención de desastres y a la gran cantidad de hogares y otras estructuras afectadas. Sin embargo, los pobres también son más vulnerables porque muchas veces viven en zonas propensas a inundaciones y corrimientos de tierra o en regiones en las que las condiciones climáticas extremas son comunes.