7 de abril de 2006

Si está tomando ciertas medicinas, no debe mezclarlas con el jugo de toronja o pomelo.

Investigadores del London Health Sciences Center en Ontario descubrieron por qué lo debe evitar. Es que el jugo de toronja bloquea una enzima que tenemos en el intestino que metaboliza varios medicamentos, haciéndoles perder potencia y que se puedan eliminar más fácilmente, anulando el efecto del medicamento.

Si se bloquea esta enzima ?llamada citocroma P-450?, se aumenta la potencia de la medicina, permitiendo que aumente su nivel en la sangre. Como la toronja sólo actúa con la enzima en el intestino y no en otros órganos, sólo afecta a las medicinas que se toman por vía oral.

O sea que no afecta a las que se administran por inyección intravenosa o intramuscular, etc.

Entre las medicinas que no debe mezclar con jugo de toronja están las que sirven para bajar el colesterol, como Lipitor y Zocor; para la presión alta como Plendil y Procardia; para la alergia, como Claritin; para el ritmo cardiaco, como Verapamil, algunas hormonas, Viagra y otras. De hecho, si tiene duda, es mejor tomar su medicina con un vaso de agua.

No exagere con las vitaminas

Muchas personas piensan que si toman una dosis alta de vitaminas obtendrán mejor nutrición. Pues no sólo no lo lograrán, sino que se podrían estar haciendo daño.

Ahora tenemos estudios que lo respaldan. Se calcula que las personas gastan alrededor de siete billones de dólares al año en vitaminas con la esperanza de prevenir la gripe, el cáncer y otras enfermedades. Sin embargo, el exceso de vitaminas tiene sus riesgos.

Por ejemplo, el exceso de vitamina A puede causar malformaciones congénitas en los bebés, puede ser tóxico para el hígado y aumenta el riesgo de fracturas de la cadera.

El exceso de vitamina E aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca y el exceso de vitamina C puede interferir con algunos tratamientos para el cáncer.

Vacuna contra la pulmonía

La pulmonía puede tener muchas causas. Una de ellas es una bacteria llamada pneumococco. Aunque no se habla tanto de la vacuna para la pulmonía causada por esta bacteria como de la vacuna para la gripe, todas las personas de 65 años de edad y más, así como las personas con diabetes, asma, enfermedades del corazón y otros padecimientos crónicos deben aplicársela cada cinco a 10 años.

Si usted pertenece a uno de estos grupos o tiene dudas, pregúntele a su médico si se la deben aplicar. Esto es importante ya que, de acuerdo con un estudio reportado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), el número de personas hospitalizadas a causa de esta pulmonía ha aumentado significativamente en los últimos 15 años.