23 de mayo de 2006
Para saber a quién están contratando, los empresarios tienen que leerse algo más que el currículum vítae que remiten los candidatos a un puesto de trabajo."Puede haber discrepancias importantes entre lo que los aspirantes a un empleo dicen y lo que su historial muestra", dice Barry Nadell, presidente de Infolink Screening Services. Esta firma, fundada en Los Ángeles en 1994, ha visto su negocio crecer "mes a mes y año tras año", según indica su presidente, debido a la cada vez mayor preocupación de las empresas por obtener información veraz sobre sus empleados.Nadell señala que aun después de haber dado su consentimiento para ser investigados, un 8.5% de los candidatos a empleo cuenta con antecedentes penales no declarados, y más del 40% esconde incidentes adversos relativos al Departamento de Vehículos de California (DMV) o referentes a su historial de crédito, según muestra un estudio reciente realizado por su compañía basándose en los casos que analizó en 2005.El ejecutivo indica que encargar un reporte de verificación de datos sobre el candidato a un empleo puede ser especialmente importante para los pequeños negocios. "Todo el mundo sabe que las grandes compañías siempre hacen verificaciones, por lo que las personas con algo que ocultar pueden creer que es más fácil engañar a un empresario pequeño", dice Nadell, señalando que este tipo de investigación puede costar entre 20 y 50 dólares.El experto indica que estas verificaciones han de hacerse siempre con consentimiento de la persona y, en caso de que se vayan a tomar en cuenta sus resultados de forma adversa al candidato, hay que darle la oportunidad de que haga las aclaraciones o correcciones pertinentes."Para las empresas es una forma muy efectiva y poco costosa de prevenir problemas futuros", indica Nadell, señalando que aunque algunas compañías recurren a estas investigaciones cuando tienen ya problemas con personas que trabajan para ellas, el mejor momento para hacerlo es durante el proceso de selección.