31 de mayo de 2006

PHOENIX (AP) - Una guardia de una prisión estatal fue acusada de participar en una organización ilícita que estafó a más de 500 inmigrantes proporcionándoles permisos falsos de residencia o "green cards" por hasta 7.500 dólares, dijeron las autoridades.

Victoria O. Romero, una residente de Buckeye de 36 años, fue instruida de los cargos de fraude, asociación ilícita y lavado de dinero en relación con el caso, dijo el martes el fiscal de Arizona Terry Goddard.

Las autoridades dijeron que la organización con sede en Phoenix engañó a víctimas de todo Estados Unidos con la promesa de proveerles los documentos de inmigración "legítimos".

Como parte de sus esfuerzos para demostrar su supuesta legitimidad, los estafadores hacían que cada víctima pasara por un proceso de solicitud que incluía tomarles sus huellas digitales. Las víctimas recibieron tarjetas falsas o ninguna en absoluto, dijeron las autoridades.

La acusación alega que Romero, quien trabajaba como guardia en la prisión estatal en Perryville y ahora está de licencia administrativa, le tomaba algunas huellas digitales de las víctimas, a menudo usando su propio uniforme.

Según alega la fiscalía, Romero también usó su propia tarjeta de crédito para comprar un equipo de toma de huellas digitales y 300 tarjetas dactiloscópicas del FBI para usar en el fraude, dijeron las autoridades.

De ser hallada culpable, Romero enfrenta una condena máxima de 20 años de prisión y una multa de 180.000 dólares, dijeron los fiscales.

La líder de la organización, Carmen Tolle, es una residente de Phoenix de 42 años que se declaró culpable de fraude y robo por un caso anterior, dijeron las autoridades.

Tolle fue sentenciada este mes a siete años y medio de cárcel y cinco años de libertad condicional, y además se le impuso una orden de restitución de 75.690 dólares.

La investigación, que empezó en abril de 2005, fue dirigida por la Oficina de Delitos Financieros de Arizona. Los detectives descubrieron que muchas de las víctimas viajaron desde sitios como Nueva York y Miami para recibir los documentos que creían legítimos.