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  Por el libro

17 de julio de 2006

Investigadores aseguran que ya están en preparación dispositivos que pueden detectar la cantidad de alcohol en el aire cercano al rostro o incluso en el sudor y se unirán a la tecnología existente dirigida a evitar que usted se ponga al volante cuando ha bebido demasiado.


"La gente sigue conduciendo embriagada porque puede", aseguró Heidi Castle, vocera de Mothers Against Drunk Driving (MADD). "Ahí es donde las nuevas tecnologías entran en juego. La tecnología tiene el potencial para impedir que alguien intoxicado pueda operar un vehículo automotor. En esencia, lo que hace es separar el arma (el automóvil) del conductor ebrio".


Pero aunque ya habido algo de tecnología en el mercado durante una generación, conducir en condiciones inadecuadas sigue siendo un problema.


El año pasado, cerca de 17,000 muertes y medio millón de lesiones fueron causadas durante accidentes por conducir en estado de embriaguez en los EE.UU.


Una de las tecnologías presentadas en un simposio reciente de MADD fue el "etilómetro de interrupción del encendido" (ignition interlock), en esencia, un tubo que se conecta al arranque del vehículo. El conductor sopla en el tubo y, si su concentración de alcohol en la sangre (CAS) sobrepasa cierto nivel, el sistema evita que el carro se pueda encender.


"Éste es el estándar por excelencia", aseguró Paul Marques, científico investigador principal del Instituto de investigación y evaluación del Pacífico (en inglés PIRE), una institución de salud pública sin fines de lucro.


"En cuanto a factores disuasivos o a la prevención, quizá éste sea el más común", agregó Castle.


"Tenemos veinte años de experiencia con el etilómetro de interrupción del encendido, aunque lo estamos subtutilizando", aseguró Marques. "Esto no impedirá conducir en condiciones inadecuadas a menos que se utilice".


El problema en los EE.UU. es lograr que los tribunales lo ordenen.


Si bien se utilizan poco menos de 100,000 etilómetros de interrupción del encendido, cada año se realizan 1.4 millones de arrestos por conducir en estado de embriaguez. Estudios han demostrado que el uso del dispositivo logra una reducción del 65 por ciento de reincidencia.


También hay una cantidad de tecnologías futuristas en la mira. Entre ellas:

Sensores de alcohol transdérmicos, como la pulsera SCRAM (monitor remoto de seguridad continua para medir el nivel de alcohol), que mide el alcohol que sale de la piel a través del sudor. El aparato, que se usa como un brazalete de tobillo, "olfatea" cada 30 minutos y transfiere la información por medio de una conexión inalámbrica a una persona encargada de vigilar a los que están en libertad provisional o a otro personal policial.
Sensores pasivos para tomar muestras del aire alrededor del rostro de una persona, generalmente sin que ésta lo sepa. El sensor se puede ocultar en la linterna de un agente de policía y, si detecta alcohol, constituye causa probable para realizar más pruebas de sobriedad.
Un dispositivo de 2.5 onzas (unos 70 gramos) para vigilar los movimientos de un convicto por conducir en estado de embriaguez. El aparato, que se usa como brazalete o tobillera, utiliza tecnología de posicionamiento global para alertar al personal policial si un infractor ha entrado a un bar o ha ido a algún lugar al que no debería. Forma parte del programa "Watch Your Step" (no se meta en problemas) del Condado de Riverside del Suroccidente de California.
Espectroscopia de reflectancia cercana al infrarrojo para determinar la composición de alcohol en la sangre bajo la piel. Estos dispositivos se podrían instalar en cualquier tipo de automóvil y son totalmente pasivos, es decir, el conductor no necesita hacer nada, ni siquiera soplar por un tubo. Este dispositivo todavía está en desarrollo y está en uso por ex físicos del Ministerio de Defensa de los EE.UU. Marques anotó que "hoy en día, es absolutamente incosteable".


Sin embargo, la tecnología no puede hacerlo todo para combatir la conducción en estado de embriaguez.


"Cuando se habla de conducir en estado de embriaguez, no hay una fórmula mágica", apuntó Castle. "Lo que necesitamos en una solución completa. Uno de los componentes principales es hacer cumplir la ley, pero probablemente nunca tengamos suficientes agentes de policía en la calle para arrestar a todos los conductores ebrios".


Marques agregó que "conducir en estado de embriaguez es una tragedia que va creciendo como una bola de nieve y sólo empeora. La tecnología puede ayudar, pero no podemos hacerlo sin la intervención humana".

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