15 de agosto de 2006

Yolanda Arenales
Reportera de Negocios
15 de agosto de 2006

Este año, al hacer sus compras de regreso a clases, los consumidores se enfrentan a precios de gasolina y recibos de electricidad más altos de lo habitual, lo que podría tener una incidencia negativa cuando decidan qué gastar.

Hasta el último fin de semana de julio los consumidores habían gastado sólo un 13% del presupuesto en artículos relacionados con el inicio del curso académico, que según la consultora Retail Forward (RF), este año será de 440 dólares en promedio. Si esta cifra acaba confirmándose, supondrá un 7% de aumento respecto a los 410 dólares que en promedio gastaron las familias el año pasado.

El hecho de que la ropa siga representando el mayor gasto en dólares, podría explicar "el retraso" en las compras.

"Los niños, y sobre todo los adolescentes, quieren esperar a que las clases empiecen para ver qué está de moda este año y no comprar los jeans que ya no se llevan", comenta Jack Kyser, economista jefe de la Corporación para el Desarrollo Económico de Los Ángeles (LAEDC).

Kyser indica que el hecho de que las fechas de comienzo de clases se diversifiquen cada vez más también hace difícil comentar sobre el futuro comportamiento de compras de este año.

Steve Spiwak, economista de RF, considera que la situación laboral, con una relativamente baja creación de empleos y la volatilidad en el mercado de trabajo, unida a las mayores facturas por aire acondicionado que llegarán cuando la escuela comienza, están creando incertidumbre entre los consumidores.

El Departamento de Trabajo reportó en los pasados días que 14 mil personas más habían pasado a cobrar seguro de desempleo, y el índice de ahorro individual de julio volvió a ser negativo por 15 meses consecutivos.

"También hay más angustia debido al bajón en el mercado inmobiliario", señala Spiwak.

De todos modos, las encuestas de RF parecen indicar que la moderación de los consumidores se sentirá menos en los artículos de regreso a clases, considerados por muchos padres como una necesidad básica para estimular el progreso escolar.

"Menos ropa para mí y menos salidas a cenar, pero a mi hija le compro una computadora para que le ayude con la tarea", dice Laura García, madre de una niña que este año inicia el tercer grado de primaria.

Las computadoras y accesorios para las mismas constituyen la segunda categoría de gasto (con 73 dólares en promedio) en artículos para la vuelta a clases, según la encuesta ShopperScape de RF.

También, para sacar el mayor partido a su dinero, los compradores irán a tiendas de descuento, siendo Wal-Mart (incluidos los supercentros) la tienda en la que planean comprar un 55% de los consumidores, seguida de Target, con un 45%.

Según una declaración de Tom Schoewe, vicepresidente ejecutivo, y director financiero de Wal-Mart, "los consumidores han respondido bien a las ofertas tempranas de regreso a clases".

La cadena reportó en julio un 2.4% de incremento en ventas respecto al pasado año (en tiendas comparables).

Julio, generalmente un mes poco relevante para los minoristas, parece haber sido este año más positivo para el sector en conjunto y para varias de sus cadenas en particular.

Costco Wholesale Corp. registró un aumento del 7% en ventas (de tiendas comparables), superando el 6.8% previsto por los analistas.

En la misma línea Nordstrom, con un incremento del 5.3% superó las expectativas de Wall Street, fijadas en un 4.5%.

JCPenney consiguió un incremento del 4.9% frente al 3% previsto. Pero aunque esta compañía ha calificado de "sólidas" las ventas relacionadas con el regreso a clases, también señala en la declaración de los resultados del pasado mes que se enfrenta con "cautela" al futuro inmediato "dadas las condiciones macroeconómicas" actuales.

Pacific Sunwear, American Eagle Outfitters Inc. y The Gap, reportaron peores resultados de los previstos en julio.

El conflicto que estalló en Medio Oriente no es sólo una de las lecciones de historia de los estudiantes del futuro, sino que según los analistas podría afectar las compras de los que inician el curso este año, debido a la influencia de los altos precios del petróleo y la energía.

Y con menos apreciación de la vivienda y más gasto cargado a la plusvalía mediante la fiebre de refinanciamientos de los últimos tiempos, los consumidores podrían inclinarse a usar sus tarjetas de crédito con moderación.

Pero habrá que esperar todavía algunas semanas para ver si esa tendencia empieza a apreciarse en las compras de vuelta a clases.