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  Por el libro

8 de septiembre de 2006

Patricia Prieto
patricia.prieto@laopinion.com
8 de setiembre de 2006

Existen muchos tipos de personalidades, pero ¿alguna vez escuchó hablar de la financiera?

Julie Stav, asesora y experta en finanzas, afirma : "La personalidad financiera es tan importante que influye muchísimo en si tendremos o no éxito en nuestras inversiones, relación matrimonial y conservación de amistades", acota la experta en finanzas.

"Cada persona tiene su propio piloto natural para relacionarse con el dinero, y hay que conocerse para sacar el mejor provecho a las inversiones y la forma en que manejamos el dinero", dice.

Stav llegó a esta conclusión después de 23 años de experiencia como asesora financiera de quienes acuden a sus oficinas en Calabasas, California.

"Me puse a analizar por qué si las personas tienen las mismas opciones para invertir, no obtienen el mismo éxito económico. La respuesta fue clara: cada individuo tiene una personalidad financiera específica que determina la forma en que usa y maneja el dinero", comenta Stav, autora de dos libros de finanzas que han alcanzado éxito de ventas.

La relación existente entre la personalidad y el dinero es tan estrecha que, de acuerdo con Stav, las grandes casas financieras hoy en día conducen exámenes para identificar la personalidad financiera de sus clientes.

Stav asegura que el primer paso que tiene que dar una persona para alcanzar sus sueños es conocer su personalidad financiera.

"Cualquier persona puede cultivar una personalidad de millonario, independientemente de su carácter, sexo, cultura o edad", asegura la entrevistada.

"No hay una personalidad más hábil que otra para crear fortuna. La riqueza la alcanzan aquéllos que son capaces de descifrar las claves de su propia personalidad, reducir al mínimo sus fallas y aprovechar sus virtudes para ir en busca del éxito".

Como no es fácil autoanalizarse uno mismo, recientemente Stav escribió el libro El dinero que hay en ti, en el cual describe cada una de las personalidades e incluye en cada capítulo un cuestionario (de cinco preguntas) que ayuda en el proceso de "conocer uno mismo las fuerzas internas que deciden cómo gastar, ahorrar o invertir el dinero".

Asimismo, de acuerdo con la personalidad, se brindan consejos para que cada individuo tome las riendas de sus defectos y fortalezca sus virtudes para lograr el éxito financiero.

En su análisis, Stav descubrió cinco personalidades específicas: impulsiva, buenaza, sabelotodo, derrochadora y miedosa.

La experta afirma que no existe una solución general para el éxito económico que sirva para todas las personalidades. Sin embargo, cada una tiene su propia estrategia para alcanzar el éxito y asegurar unos años dorados tranquilos y solventes.

"Si cada individuo se conoce, puede convertir lo que parecen defectos de su personalidad en ventajas y lograr que sus tendencias naturales trabajen a favor de él y no en su contra", dice.

De acuerdo con Stav, la persona impulsiva se caracteriza por tener éxito en su carrera. Tiene el poder de ganar dinero, pero no sabe cómo administrarlo, pero tiene una gran cualidad: "Puede organizar fácilmente sus finanzas al imponerse metas a corto plazo, ya que sabe cómo trazarlas".

Para organizar sus finanzas, Stav sugiere que estas personas abran en su banco personal pequeñas cuentas donde depositen el dinero que necesitan para gastos específicos, como por ejemplo, la compra de un auto, el pago de un servicio, etc. A la vez, dice, deben abrir una cuenta completamente aparte del presupuesto familiar, donde cada mes depositen una cantidad de dinero que esté de acuerdo con el ingreso familiar. "Este dinero dará a este tipo de persona la libertad de usarlo como quiera sin sabotear el plan económico familiar ni la relación matrimonial.

La personalidad del buenazo, explica, tiene el gran problema de desprenderse de todo a causa de su gran corazón y para triunfar económicamente "tiene que darse el permiso de ser rico, para tener el lujo de establecer fundaciones, becas y servicios de asistencia social con los que puede ayudar al mundo".

Agrega que estas personas pueden también desarrollar sus acciones altruistas a través del mercado bursátil. "Existen una serie de inversiones que ayudan ya sea al medio ambiente o a programas de asistencia para personas que viven en áreas subdesarrolladas. O sea, se puede hacer dinero con el que se utiliza para hacer el bien".

El sabelotodo, dice, es aquella persona que hace hasta un doctorado antes de comprar algo o invertir en la Bolsa. En resumen, "es la parálisis por el análisis".

Stav afirma que para que estas personas muevan o inviertan el dinero con rapidez y efectividad tienen que limitar sus opciones y ser conscientes de que no hay una inversión perfecta, que sólo basta que ésta les retorne algo de ganancia.

El botarate o derrochador es aquella persona "cuyas deudas demuestran que le encanta buscar el placer a toda costa". Stav resalta que, tal vez, ésta es la personalidad más problemática para las finanzas, porque para estar feliz gasta en un momento todo lo que gana, y más.

"Esta falta de control y mal manejo del dinero les genera muchos problemas en la relación matrimonial y hasta con sus amistades". Para controlar las finanzas, el botarate tiene que evitar que el dinero pase por sus manos, porque una vez que lo recibe se lo gasta de inmediato, sin pensar en las responsabilidades económicas que tiene que cubrir ni en la cantidad de dinero que tiene que guardar para el futuro.

Para ellos, resulta ideal utilizar el servicio de depósito directo con deducciones previas que las empresas laborales han establecido con algunos bancos. Al usarlo, pueden pedir que se les deduzca una porción de dinero para fondos mutuos, otra para cualquier compañía que le esté llevando su presupuesto de pago de deudas y el resto en una cuenta personal donde sólo les entre el dinero que pueden gastar. También tienen que sacar una tarjeta de crédito asegurada, donde se pone una cantidad de dinero en depósito y se entrega una tarjeta con ese límite.

El amarrado es aquella persona que acumula el dinero que más se pueda, no le gusta deberle a nadie, se cohíbe en los gastos y en la mayoría de los casos vive por debajo del nivel económico que podría disfrutar.

"Lamentablemente, son las personas más ricas en los cementerios y sus herederos terminan gastando su dinero en fiestas o en la simple compra de un Porsche", asegura Stav.

Para que estas personas incrementen sus ingresos, la entrevistada recomienda que pongan su dinero en inversiones con garantías aseguradas.

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