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  Por el libro

26 de septiembre de 2006

El caso del contratista Wilmer Cervoni Caquías, quien defraudó por $12,000 a un matrimonio de Dorado y sobre quien pesan más de una treintena de casos en los tribunales, fue pospuesto ayer por segunda vez.

Hace unos meses, el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) alertó al público y denunció que contra la firma Cervoni Construction, propiedad de Cervoni Caquías, la oficina regional del DACO en Ponce tenía cinco querellas, todas por incumplimiento de contrato.

El caso del matrimonio compuesto por Sonia Salgado y su esposo José Figueroa se supone se viera ayer, pero el acusado no se presentó, por lo que el juez Manuel Bravo ordenó su arresto y le impuso una fianza de $25,000 sin derecho al 10%. La vista se volvió a pautar para mediados de diciembre.

Salgado contó a El Nuevo Día que en enero de este año le entregó $12,000 a Cervoni Caquías para que le construyera una piscina y un ?gazebo? en su hogar. Tras la entrega del dinero jamás volvieron a verlo. Ésta no conocía a Cervoni Caquías previamente. Fue un teniente de la policía municipal, de nombre José Vega, amigo de su padre, quien le recomendó al contratista. ?Yo conozco a la persona que puede hacerte este trabajo?, le dijo. Aunque Cervoni Caquías reside en Guayanilla, él estuvo dispuesto a viajar al área norte durante varios meses para realizar dicho trabajo.

Salgado contó que en la primera visita que hizo Cervoni Caquías a su casa, éste llevó material promocional -llaveros, bolígrafos- y habló de múltiples proyectos que supuestamente había hecho en hogares de médicos y abogados, lo que les dio confianza, pues aparentaba ser alguien con experiencia.

La cotización fue muy alta, pero el contratista bajó el precio a un total de $24,000. Para comenzar los trabajos, el matrimonio tuvo que entregarle un cheque de $12,000, que cambió a los 20 minutos en una sucursal del Banco Popular. Ésa fue la última vez que los Figueroa-Salgado lo vieron. Cada vez que lo llamaban para indagar cuando empezaría la construcción, él le decía que estaba trabajando en los planos, que eso tomaba tiempo y que no se preocuparan.

Llegó el momento en que Cervoni Caquías no contestaba las llamadas que el matrimonio le hacía. En su tarjeta de presentación y en el documento de cotización, aparecían tres números de teléfonos. El tercero resultó ser de otra persona, que nada tenía que ver con el contratista y que ni siquiera lo conocía.

?Ese tipo sabe hacer el timo. Él no es constructor, él es un timador. Te dice que le ha hecho trabajos al doctor tal y más cual, pero es para impresionar?, dijo Salgado. El matrimonio le radicó tres acusaciones y ahí se enteraron que contra él pesan más de 30 acusaciones en los tribunales de Ponce, Bayamón y San Juan. En aquella ocasión, lo emplazaron en el mismo tribunal de Ponce, dijo la perjudicada. La juez le impuso una fianza de $13,000, la que prestó, quedando en la libre comunidad.

Curiosamente, el teniente que recomendó a Cervoni Caquías para el trabajo, le pidió al matrimonio que no lo perjudicara, pues dizque el contratista es una buena persona. Ayer volvió a suspenderse la vista y el cuarto fiscal que ha tenido el caso pidió citar al policía que investigó la querella. El matrimonio dijo que teme que los cargos prescriban, pues el policía ya no trabaja con la uniformada ni reside en el País.

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