15 de noviembre de 2006
Por: El Nuevo DiaEntre chistes, suspiros y resignación el pueblo puertorriqueño se levantó esta mañana a enfrentar una nueva realidad que impactará su bolsillo, un impuesto al consumo con el que todo le saldrá más caro.
En un breve recorrido por varios negocios del área de Puerto Nuevo y Altamira, El Nuevo Día conversó con comerciantes y consumidores.
Mientras algunos de los primeros se halaban los pelos calculando a mano el impuesto de 5.5%, sus clientes dudaban que a los nuevos ingresos que irán a las arcas gubernamentales se les de un buen uso.
“Va a ser un hueco en el bolsillo. Los cambios han sido a fuerza. Se debió haber educado al pueblo mejor”, sostuvo Yadalmis Carrasco, quien visitó el supermercado Pueblo de Altamira, donde pago 15 centavos de impuesto.
"Esto es un abuso a la clase pobre", dijo otra cliente del supermercado, Andrea Gómez.
En el negocio de al lado, un Subway, la gerente Elena Santiago aseguró a las 7:30 a.m. los clientes que habían visitado el establecimiento no se habían quejado por el impuesto adicional. “Se han orientado con las noticias y después que sea para el bien del pueblo a mí no me molesta (pagarlo)”, sostuvo.
En dos panaderías visitadas, La Lucense, en Caparra Heights y El Antiguo Bilbao, en la avenida Roosevelt, los dueños calculaban al impuesto a mano, ya que no habían programado sus cajas registradoras.
En la fila de La Lucense, Wilson López expresó resignado que tendría que pagar el impuesto por el desayuno que próximamente ordenaría. “Pero la desilusión más grande es que sabemos que el Gobierno no le dará buen uso al dinero”, manifestó.