31 de diciembre de 2006
Los contribuyentes deben actuar con cautela ante el aumento de dinero en efectivo que provocará la baja en las tasas de retención, porque podrían gastarlo y quedarse sin fondos cuando llegue el momento de pagar contribuciones, sostuvieron los economistas Luis Benítez y Carlos Colón de Armas.Ambos catalogaron de “muy poco” el beneficio contributivo que ofreció a los asalariados la Ley de Justicia Contributiva y no pudieron precisar si la baja en las tasas de retención les devolverá dinero suficiente a los contribuyentes como para aplacar el alza en el costo de vida y el efecto del impuesto sobre venta y uso (IVU).
“El beneficio de la baja en las tasas de retención será insignificante. El contribuyente está pagando más impuestos, mientras sube el costo de vida por los constantes aumentos y por el efecto del IVU”Carlos Colón de Armas
economista
“Eso está por verse”, dijo Benítez.Sostuvo que lo preferible es que el dinero adicional que recibirán lo ahorren y no lo gasten de inmediato como “suele ser la tradición en Puerto Rico”.“Es mejor pájaro en mano que cien volando”, dijo.De igual forma, señaló que el verdadero beneficiado por las nuevas tasas serán las finanzas públicas, porque si el consumidor gasta el dinero adicional, aumentarán los recaudos del IVU. Si el asalariado dedide ahorrarlo, aumentarán los fondos disponibles en la banca privada para préstamos, lo que repercute en la economía y también aumenta los recaudos del Gobierno.Colón de Armas dijo que la reforma contributiva aprobada estableció más impuestos para mejorar los ingresos del gobierno y no les garantizó verdaderos beneficios a los contribuyentes.Agregó que la baja en las tasas contributivas sobre ingresos no logró hacer justicia, y el aumento en efectivo que provocará la reducción en las tasas de retención puede estimular el consumo. “Hay el peligro de que los consumidores lo gasten todo y cuando llegue el momento de pagar contribuciones, tengan que coger un préstamo, lo que agravará sus problemas”, manifestó.