31 de enero de 2007

China y Rusia producen la mayoría de los productos falsificados del mundo, engañando a los consumidores y, en algunos casos, generando riesgos potenciales para la salud, dijo la Cámara Internacional de Comercio.


Las empresas internacionales están perdiendo más de $60,000 millones al año por la piratería en China, dijo el gobierno estadounidense. Estados Unidos y la Unión Europea acordaron en junio combatir la piratería de medicinas, perfumes y software coordinando información y trabajando más de cerca con los distintos sectores.


'La aplicación de la ley' es el problema real, dijo Jean-Rene Fourtou, de Viviendi SA en una entrevista en Ginebra ayer. Los hallazgos de la Cámara se basan en una encuesta realizada entre 48 compañías en la que participó Vivendi, dueña de la mayor empresa de música del mundo, y EMI Group Plc.


Los imitadores, conocidos por producir relojes 'de oro' Rolex de $100 y bolsos Hermes de $50, han ampliado sus actividades para producir versiones falsificadas de productos como el café instantáneo Nescafé, la Coca-Cola y la pasta dental. El valor de los alimentos, bebidas y alcohol falsos confiscados en la Unión Europea subió 200 por ciento en valor en el 2004, en comparación con una subida de 12 por ciento para todos los artículos falsificados.


India, Brasil e Indonesia siguen en la lista después de China y Rusia, dijo la Cámara. Los criterios fueron la 'poca disposición' de los países a aplicar las leyes contra la falsificación de productos y 'la desatención de los medios locales' al problema.


China, la economía principal de más rápido crecimiento del mundo, representó 64 por ciento del contrabando importado en el 2005, según la Comisión Europea. Suiza representó 5 por ciento de las importaciones, por delante de los Emiratos Arabes Unidos, Turquía y Hong Kong, porque los criminales usan al país alpino para entrar a la UE, conformada por 27 naciones.


Los delincuentes usan en la actualidad fábricas grandes y sofisticadas para producir bienes falsos que a menudo terminan en los estantes de supermercados. La falta de cuidado de los consumidores lo convierten en un negocio menos riesgoso y más lucrativo que la falsificacion de objetos de lujo, señaló Christophe Zimmermann, jefe de contrafalsificaciones en la Organización Mundial de Aduanas de Bruselas.


'No sólo es un problema económico; es un problema de salud', dijo Jean-Francois Dehecq, presidente de Sanofi-Aventis SA, la tercera mayor farmacéutica del mundo. ``Falsificar perfumes es serio, pero no tanto como falsificar medicamentos'.


Coca-Cola Co., Nestle SA, el mayor productor de alimentos del mundo y su rival anglo-holandés Unilever están entre las compañías que gastan más para colaborar con las agencias gubernamentales y la patrulla fronteriza para controlar la tendencia.