26 de febrero de 2007
Miles de pasajeros se quedaron varados en los aeropuertos del sur de la Florida cuando el paso de una gigantesca tormenta invernal cargada de nieve en el norte del país obligó a que se cancelaran docenas de vuelos nacionales.Centenares de vuelos anulados a causa del mal tiempo en Chicago, Washington DC, Filadelfia y Baltimore, entre otras ciudades, repercutieron en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) y en el Aeropuerto Internacional de Ft-Lauderdale-Hollywood (FLL), donde ayer se cancelaron más de 50 y 20 vuelos respectivamente.
Las aerolíneas más afectadas fueron American Airlines, United Airways, Continental y Gulfstream.
El vuelo de American Airlines de Marc Mehrespand, de 33 años, quien se dirigía a Washington DC desde Colombia, tendrá que permanecer en Miami hasta mañana. 'Tengo que `matar' dos días en Miami', comentó Mehrespand, resignado.
Federico Robinel se dirigía de regreso a Chicago luego de haber pasado una semana en Miami trabajando, y pasó todo el día en el aeropuerto luego de que cancelaran su vuelo de las 7:30 am. El pasajero mantenía las esperanzas en la noche de que regresaría a su ciudad.
'No puedo pagar un hotel. Si es necesario, me quedo en el aeropuerto', señaló Robinel.
Los domingos son unos de los días más ajetreados en los aeropuertos, ya que regresan los cruceros cargados de pasajeros. Kathy Crampton estaba con un grupo de ocho amigos que acababan de regresar de un crucero y que necesitaban regresar a Washington DC, pero su vuelo de American Airlines fue cancelado.
Crampton y su grupo de amigos aseguraron que no estaban molestos. 'Estas cosas pasan', dijo la mujer quien en la tarde de ayer aún no sabía cuándo regresaría a casa.
Kira Lenney también regresó de su crucero con sus padres para enterarse de que su vuelo de United Airlines a Chicago había sido atrasado, y posiblemente cancelado.
'Si no me montan en un avión, voy a alquilar un carro para irme manejando', aseveró Lenney. ``Todo es preferible a quedarnos a dormir en el piso del aeropuerto'.
La tormenta ha causado al menos ocho muertes, ha cerrado varios aeropuertos y varias autopistas y ha dejado a miles de personas sin suministro eléctrico.
Marc Henderson, portavoz de MIA, afirmó que no hay mucho que el aeropuerto pueda hacer en estas situaciones.
'Tenemos personal a la mano para responder las preguntas de los pasajeros, pero la decisión final es de las aerolíneas', señaló Henderson. ``Los pasajeros deben llamar a las aerolíneas para averiguar si su vuelo saldrá a tiempo'.
Mientras que los pasillos del aeropuerto de Miami estaban abarrotados de pasajeros, muchos de ellos bastante molestos, la situación en Ft. Lauderdale era más calmada.
'Hemos tenido mucho movimiento pero ningún incidente', afirmó Greg Meyer, vocero del aeropuerto.