16 de agosto de 2007
Por: El Nuevo HeraldComo la leche regular está costando 21 por ciento más que hace un año, Nereida Bernuth ha desarrollado vista de águila para las ofertas especiales.
'Es difícil', dice Bernuth, que reside en Coral Springs, refiriéndose a las alzas de precios, especialmente de la leche. Cuando vio un galón por $4.14 recientemente en Wal-Mart, compró dos y congeló uno. 'Me imagino que es difícil para familias con niños pequeños', dice ella.
Y no se lo está imaginando. Los datos inflacionarios revelados ayer por el Departamento del Trabajo muestran que los precios de la comida en Estados Unidos subieron 4.1 por ciento en los 12 meses que terminaron en julio. Y si se miran más de cerca se observará que ciertos artículos como leche, huevos y otros alimentos básicos han aumentado hasta 30 por ciento en algunos casos.
Ya afectados por los aumentos casi continuos de la gasolina en los últimos dos años, los consumidores ahora confrontan aumentos drásticos en los precios de alimentos indispensables. Ese puede ser uno de los motivos por los cuales, a pesar de que las estadísticas de empleos están bien, el público se mantiene pesimista con la economía.
El presidente George W. Bush se reunió con analistas económicos la semana pasada y descartó las encuestas que señalan esto, además de expresar sorpresa de que la inflación fuera uno de los temores que indican.
Las cifras revelan hasta dónde la población se está viendo afectada.
La Oficina de Estadísticas Laborales dice en su informe de inflación para julio que los huevos cuestan ahora 33.7 por ciento más que en julio del 2006. Durante el mismo período, según el índice de precios de consumo de ese departamento, la leche regular aumentó 21.1 por ciento; el pollo fresco 8.4 por ciento; las naranjas 13.6 por ciento; los frijoles secos 11.5 por ciento, y el pan blanco 8.8 por ciento.
Debido a la baja de precios en las cosas que se compran en los centros comerciales, tales como computadoras, cámaras, ropa y zapatos, las cifras de los alimentos tienden a desaparecer dentro de la tasa mayor de inflación para todos los artículos y servicios, que fue de 2.4 por ciento por el mismo período de 12 meses.
Como las personas no salen de compras a los centros comerciales tanto como a las tiendas de comestibles, constantemente se les recuerda eso.
En el área de Miami-Fort Lauderdale, el costo de alimentos y comidas aumentó 4.2 por ciento en junio comparado con el año anterior. La oficina de estadísticas, que no da detalles sobre costos locales individuales, afirmó que el aumento en general en los precios de comidas y bebidas fue el mayor en más de seis años. En un mercado Publix ayer en la tarde, la leche de la marca del propio Publix estaba a $4.29 el galón, la de McArthur Dairy a $6.25 y la leche orgánica de Stonyfield Farm $3.29 el medio galón.
``Por qué están aumentando los precios de las comidas? La respuesta es complicada.
En parte es porque los precios del maíz, inflados por los mandatos del Congreso para que se produzca etanol, han reducido el volumen disponible del grano para alimentar a los animales. También se debe a leyes de inmigración más rígidas que afectan a la fuerza laboral agrícola y a una primavera tardía, que dañó cosechas de vegetales y frutas. Y por el aumento de los precios del combustible diésel para los tractores y demás.
La última encuesta detallada del Departamento de Trabajo sobre gastos de consumo en el 2005, mostró que la población de EEUU gastó alrededor del 12.8 por ciento de sus ingresos en comida, un poco más de 7 por ciento en casa y 5.7 por ciento fuera de ésta.
Esos porcentajes sugieren que el hecho de que los precios de la comida aumenten no va significar que la gran mayoría se vea sumamente afectada. En términos amplios, la economía no está en muy mal estado. El desempleo, tanto a nivel nacional como en el sur de la Florida, está registrando unas bajas casi históricas, y en el segundo trimestre hubo un fuerte crecimiento económico de 3.4 por ciento.
Pero para las familias cuyos ingresos están por debajo del promedio --alrededor de $56,000 a nivel nacional, $42,500 en Miami-Dade y $58,400 en Broward--, el aumento de los precios de la comida afectan, especialmente cuando se le suma a los grandes incrementos en los seguros de vivienda, y para algunos, de los impuestos.
Luna Cerruya, de 49 años, de Coconut Creek, quien recientemente empezó un trabajo de tiempo parcial atendiendo enfermos a domicilio para equilibrar sus gastos, reporta que unos familiares que vinieron a visitarla unos días de Brasil comentaron lo mucho que han aumentado las cosas desde que vinieron el año pasado.
Cerruya ahorra comprando las marcas más baratas. 'Es una pesadilla', comentó mientras pasa por la sección de productos lácteos de su Publix cercano. ``Hay gente que me está diciendo que me mude para el norte'.
En la granja Al-Mara de Midland, Virginia, las 600 vacas de Jeff y Patty Leonard producen 19,000 libras de leche diariamente. Ellos siembran unos 1,000 acres de maíz, de modo que no tienen que confrontar las alzas del alimento para el ganado que confrontan otros. Pero comprenden al consumidor: el costo de los abonos de nitrógeno y el combustible diésel ha aumentado considerablemente, y eso ha hecho aumentar sus costos de producción casi un 30 por ciento.
'Así es como se siente el granjero cuando va a comprar alimentos de soya, comida para nuestras vacas y al mismo tiempo tratando de mantener nuestro equipo', afirmó Patty Leonard. ``Puedo comprender exactamente lo que está pasando el comprador'.
Los precios de la leche no se establecen en la granja. Los establecen las cooperativas de mercadeo, que este año han tenido éxito en pasar costos más altos de producción tras años de malos precios.
'Es un realineamiento del valor actual de la leche en dólares de hoy', aseguró Patty Leonard. ``La leche ha estado barata desde hace mucho, mucho tiempo'.
La globalización también explica el aumento en el precio de la leche. Australia, un gran exportador de leche, está luchando contra una sequía, y los gobiernos europeos están retirando los subsidios a los productos lácteos. Así que los granjeros de EEUU, ayudados por un dólar débil, están entrando a satisfacer la creciente demanda de productos lácteos en China y la India. Eso ha limitado el abastecimiento nacional y en el exterior, haciendo subir los precios.
'El consumo per cápita de productos lácteos de EEUU está en su punto más alto desde 1987', indicó Chris Galen, vicepresidente de la Federación Nacional de Productores de Leche. ``Los americanos están comiendo más queso que nunca'.
Para producir más leche y hacer más queso, o para criar más gallinas que pongan más huevos, los granjeros necesitan alimentarlos con maíz y otros productos. Pero los precios del maíz han subido mucho desde el año pasado mientras el Congreso presiona a favor del uso de etanol, un combustible renovable hecho de maíz. Campos que anteriormente cultivaban frijoles de soya ahora están produciendo maíz, y eso ha hecho subir el precio de los frijoles de soya.
El Centro para Desarrollo Agrícola y Rural de la Universidad Estatal de Iowa sacudió al sector agrícola este verano con un reporte de que los cultivadores de maíz esperaban precios de $4 el bushel hasta el 2010, alrededor del doble de lo que costaba el maíz hace un par de años.
'Probablemente veremos subir esos precios durante bastante tiempo y quizás estabilizarse, pero no vamos a volver a los $2 el bushel de maíz', declaró Jacinto Feitosa, codirector del centro en Ames, Iowa.