28 de septiembre de 2007
Por: El Nuevo Dia OrlandoEn el Génesis, capítulo 41 del antiguo testamento, José le aconsejó al Faraón que si no quería que el país pereciera de hambre, tenía que guardar comida para los tiempos difíciles. Lo cierto es que el mismo principio que aplicó José hace miles de años se aplica hoy en nuestras finanzas personales: tenemos que estar preparados a enfrentar las vacas flacas con una reserva de emergencia.Muchos se olvidan que la economía pasa por fases o fluctuaciones. Es como el movimiento de una ola. Esta aumenta, llega a su pico, rompe y desaparece hasta que comienza de nuevo la fase de la ola. Estas fluctuaciones representan la combinación de incremento y desaceleración de la actividad económica.Durante el crecimiento de la ola, que los economistas llaman las fases de expansión y punto máximo, hay mayor progreso tecnológico, rápido crecimiento en el empleo, mayor producción y, para nosotros, mayor ingreso. Durante la disminución de la ola, que los economistas llaman las fases de recesión y depresión, generalmente el desempleo aumenta, los precios suben, hay menos producción, y para nosotros, menor ingreso.Es aquí donde debemos estar preparados. Existe el riesgo de que el ingreso que recibimos deje de entrar al bolsillo. Por eso crear un fondo, no sólo es efectivo, sino que puede aliviarnos futuros dolores de cabeza.No solo el Faraón tuvo que crear un fondo para aliviar futuros dolores de cabeza. Veamos un ejemplo de los tiempos modernos. Durante el periodo 1973-74 los países productores de petróleo decidieron hacer un embargo económico (decidieron no enviar petróleo) a los EE.UU. Esto ocasionó una subida en el precio del combustible e influyó en el desequilibrio económico de esa época. Para evitar otro golpe como ese, el Gobierno creó una reserva que en el caso extremo de que no entrara ni una gota de petróleo, el país no se quedaría sin abastecimiento a corto plazo.Si te quedaras sin trabajo mañana, ¿cómo cubrirías los gastos diarios y pagarías las deudas? La reserva tiene como objetivo cubrir el faltante de efectivo si nos vemos en problemas al quedarnos sin trabajo, un viaje repentino, una enfermedad inesperada, etc. Es tener efectivo a la mano por si se nos cierra "la llave del ingreso".Un buen comienzo sería tener seis meses de tus gastos en el fondo. Veamos un ejemplo: digamos que María de Mentira gasta, en promedio, $2,000 mensuales. La reserva de emergencia de María debería ser de $12,000 ($2,000 x 6 > $12,000). Esto quiere decir que si María se quedara sin ningún otro ingreso, al menos tiene un fondo para cubrir los seis primeros meses de gastos.Hay varias cosas que debes tomar en consideración:1) El fondo es para emergencia. 2) Si aumentan los gastos debes aumentar el fondo. 3) Si usaste la reserva por un caso de emergencia, considera volverlo a su estado original.