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  Por el libro

1 de octubre de 2007

Por: El Nuevo Herald


E
l costo casi doble que ahora implica obtener un título universitario, comparado con la década pasada, ha producido una explosión de tal tamaño en los préstamos estudiantiles que durante años podría afectar la economía del país.


Aunque las becas, el dinero de donaciones y los préstamos estudiantiles respaldados por el gobierno --cuyas tasas de interés son limitadas-- han asumido parte de la carga, muchas familias y estudiantes buscan los préstamos privados, cuyos costos y tasas de interés son con frecuencia variables y llegan a alcanzar hasta un 20 por ciento.


Muchos ciudadanos de la próxima generación de trabajadores estarán tan abrumados de deudas que tendrán que demorar sus compras de casas, limitar sus vacaciones y hasta salir a comer menos para así poder pagar a tiempo los préstamos.


Kristin Cole, de 30 años, graduada de la Escuela de Leyes de la Universidad Estatal de Michigan, que vive en Grand Rapids, Michigan, debe $150,000 en préstamos privados y de tipo gubernamental. Su pago mensual de $660 consume una cuarta parte del salario que se lleva a casa, una cifra que deberá aumentar a $800 en más o menos un año, que sin dudas, le causará peores problemas financieros. 'No podré comprar una casa nunca. No puedo viajar; no puedo hacer nada', dijo. ``Me siento como una prisionera'.


Cole, que trabaja como asistente en una firma legal, dijo que tal vez necesite obtener un empleo en un bufete de abogados ``y hacer algo a lo que no estoy realmente dedicada, sólo para poder vivir'.


Los padres continúan siendo la fuente principal de fondos para la mayoría de los estudiantes, pero esta dinámica cambió radicalmente en años recientes cuando los costos de matrícula aumentaron. Los estudiantes sin historial de crédito y sin ningún familiar que les sirva como cofirmante en los préstamos (o si tienen padres con un crédito malo) estaban dispuestos a apostar que los préstamos con un interés alto significaban una especie de renuncia a la oportunidad de alcanzar el llamado Sueño Americano. Sin embargo, los empleos bien remunerados resultan cada vez más elusivos para muchos graduados.


Más de $17,000 millones en préstamos privados para estudiantes se entregaron el año pasado, un aumento en relación con el 2001, cuando se dieron $4,000 millones anuales. Los préstamos aumentaron de $38,000 millones en 1995 a $85,000 millones el año pasado, según expertos y legisladores.


Los costos estratosféricos de la matrícula hicieron los préstamos se convirtieran en una práctica mucho más atractiva. Como promedio, los precios del consumidor subieron menos de 29% en los últimos 10 años, en tanto los costos de matrícula y alojamiento en las universidades públicas de cuatro años y otras universidades se incrementaron de $12,796 --un 65%-- a $30,367 anuales --un 79%-- en instituciones privadas, según la Junta Universitaria.


El doctor Paul-Henry Zottola, un periodontista de 35 años que vive en Rocky Hill, Connecticut, se enfrenta a pagar $1,600 mensuales de su préstamo estudiantil además de una hipoteca de $2,300 y $1,500 del préstamo que solicitó para comenzar a ejercer.


Sus crédito continúa siendo sólido, pero debe más de $300,000 en préstamos estudiantiles en momentos en que él y su esposa, Heather, que trabaja como administradora en una escuela primaria, están criando a dos niños pequeños. ``Todos mis ingresos en los próximos 10 años ya están comprometidos'.


Mientras tanto, las quejas sobre el mercadeo de los préstamos privados --como los anuncios que prometen aprobar préstamos por un valor de $50,000 en apenas cinco minutos-- aumentan cada día más. Las quejas han llegado a los legisladores, que ven una necesidad de regular el rentable y diverso grupo de compañías y préstamos que les proponen a los estudiantes universitarios.


Los críticos dicen que lo que ha sucedido en el mercado de las hipotecas podría igualmente pasar en el mercado de los préstamos estudiantiles. Andrew Cuomo, fiscal general de Nueva York, dijo que muchos graduados que solicitan dinero prestado deben tanto o más que la mayoría de los dueños de casas en sus hipotecas.


A diferencia de las hipotecas que tienen requerimientos claros para los consumidores, los préstamos privados son una especie de 'viejo oeste de la industria de préstamos estudiantiles', agregó Cuomo en una entrevista telefónica.


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