13 de noviembre de 2007
Por: Primera HoraA investigar el Senado las prácticas contractuales de gimnasios como Lady of America.
El senador Orlando Parga radicó ayer una resolución para que una comisión legislativa investigue las prácticas de contratación, renovación y cobro de membresía a los clientes de gimnasios en Puerto Rico.
La resolución para que la Comisión senatorial de Asuntos Federales y del Consumidor investigue las prácticas de contratación de los gimnasios surge un día después de que PRIMERA HORA publicara que Lady of America ha sido objeto de 422 querellas durante los pasados tres años ante el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) por contratos que cientos de clientes y funcionarios gubernamentales describen como leoninos.
Lee la resolución para investigar a los gimnasios
“Ante este marco de alegada violación al derecho del consumidor se hace necesario que el Senado de Puerto Rico investigue las prácticas de contratación por parte de estas empresas a los clientes de los gimnasios en Puerto Rico y evaluar la creación de un mecanismo que erradique este tipo de práctica en el mercado”, reza la exposición de motivos de la resolución radicada.
Algunas de las principales quejas presentadas ante DACO contra Lady of America incluyen que el gimnasio automáticamente renueva el contrato sin el consentimiento explícito del cliente; que cobran por tres años de servicios independientemente de si la clienta cancela antes; que no reconocen circunstancias extraordinarias como embarazos o traslados; que el contrato es en inglés y muchos consumidores no entienden la totalidad de lo que dice; que el cobro es por débito directo y el consumidor pierde el control del manejo del dinero; y que una agencia de cobro de dinero -E & R Collection, con sede en Miami- emplea tácticas intimidatorias y amenazantes para intentar cobrarles a los clientes.
Otros ocho de los principales gimnasios tienen, combinados, 27 querellas ante DACO durante el mismo periodo de tiempo en que Lady of America recibió 422. Esta realidad, según la gerente regional Loida Torres de Lady of America, se debe a que ese gimnasio tiene más localidades y más clientes en el país.
Decenas de consumidores que firmaron contratos de membresía con Lady of America han expresado su malestar por no poder cancelar la matrícula, no poder utilizar algunas máquinas por las que cobran más dinero o porque los problemas con las agencias de cobro les provocan malos ratos increíbles que incluyen amenazas de demanda y de embargo.
Los afectados
Keyla Martínez, de 27 años y empleada como técnica de computadoras, dijo que se matriculó en el local de Arecibo y, luego de un error por parte de los empleados, le comenzaron a cobrar más de lo que le correspondía. Ella siguió pagando lo que le tocaba, pero no más de eso.
Hizo trámites para que se corrigiera la situación, pero “tenía a la agencia de cobro haciendo llamadas de que debía de pagar y amenazándome que me iban a dañar el crédito, que me iban a emplazar”.
“La agencia de cobro ha continuado con las llamadas indeseables a mi casa, celular y a mi antiguo trabajo amenazándome de que me van a congelar mi cuenta bancaria”, agregó.
Otras clientas, como Carmen Rosado, se han comunicado con el ciudadano activista Gilberto Arvelo, conocido por su página web www.doctorshoper.com, para denunciar sus particulares situaciones.
“Yo les envíe verificación de disability y aún continúan cobrando, amenazan con dañarme el crédito”, dijo Rosado en la página de Arvelo, refiriéndose a la empresa E & R Collection, con sede en Miami y la cual no devolvió mensajes de este diario.
Ana Rivera, por su parte, se quejó de que “el problema es que para usar ciertas máquinas le cobran a uno una mensualidad adicional de cerca de 30 dólares”.
José Alvarado contó en la página web que su hija de 18 años se matriculó, pero no se percató de que el término era de tres años.
Además, “se lastimó la espalda y su médico no le permite hacer ningún tipo de ejercicio por tiempo indefinido”, aunque eso no ha sido razón suficiente para que Lady of America cancele el contrato, sino que, por el contrario, amenazan con dañarle el crédito.