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  Estirando el chavito

24 de diciembre de 2007

Por: La Opinion


Existen cientos de foros en internet en todos los idiomas sobre las frustraciones que sienten las personas que desean deshacerse de los cargos por membresías que ya no usan o contratos a largo plazo por servicios que no cumplen sus expectativas.


El gimnasio es una de las quejas más recurrentes, pues es tan complicado y engorroso cancelar el convenio, que muchas personas optan por continuar pagando antes que lidiar con los departamentos de servicios al cliente o dañar su crédito por discontinuar el pago.


Para los clubes de ejercicios, la "temporada de caza" llega en enero, cuando cientos de conciencias con remordimientos de haber subido demasiado de peso firman contratos bajo el impulso por cumplir con los propósitos de año nuevo.


Lo que pocos sabemos es que ?de acuerdo con el Centro de Investigación de Comportamiento Adictivo de la Universidad de Washington? el gusto de estos bien intencionados deportistas solamente dura los primeros 90 días… pero sus membresías continúan cobrándose hasta por varios años, dependiendo del gimnasio y del tipo de convenio.


Si estás en esta situación, aquí tienes algunos consejos para librarte de esa membresía que es una especie de cadena perpetua:


Envía una carta por escrito. En la mayoría de los casos, es aceptable cancelar un contrato si presentas una carta médica que establece que no puedes hacer ejercicio por una condición de salud o si te vas a mudar a una ciudad donde el club no da servicio. Escribe una carta solicitando la cancelación e incluye alguna de las dos pruebas mencionadas.


No olvides el acuse de recibo. Es muy importante que conserves una copia de esa misiva y que la envíes con acuse de recibo, pues incluso aquellos que pagan mensualmente pueden tener problemas si es que "misteriosamente" no se reciben las cartas.


Analiza tus opciones. En algunos casos, los gimnasios establecen multas por cancelación antes de tiempo; saca cuentas y calcula si te conviene más pagarlas.


Revisa las regulaciones de tu estado. En algunos casos hay un período de tiempo que la ley establece para que los consumidores puedan cancelar. Con frecuencia son los primeros días.


No detengas tus pagos sin previo aviso. Hay personas que en su desesperación simplemente cancelan su cuenta de banco o tarjeta de crédito, pero eso solamente lleva a problemas de deudas y tu crédito puede arruinarse.


Otro de los grandes pesares de los consumidores son los contratos por servicio de teléfono celular. Las multas por cancelación varían de 175 a 200 dólares. Si ya estás cansado de tu contrato, puedes hacer lo siguiente:


Subasta tu contrato. Para ello ve a Celltradeusa.com, un sitio legal para traspasar contratos.


Habla claro. Si estás insatisfecho con tu servicio, llama a tu proveedor y exige terminar tu contrato sin cargos. De no hacerlo, tienes la opción de escribir cartas a la Comisión Federal de Comercio (FTC), la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), el Better Business Bureau y la Oficina del Procurador General de tu estado. Asegúrate de avisar a la compañía que enviarás esas cartas, seguramente los harás reflexionar.


Dale vacaciones a tu teléfono. En algunos casos existe la opción de poner el teléfono en vacaciones hasta por seis meses con muy bajo costo mensual. Eso te podría ahorrar dinero mientras se acerca la fecha de terminar tu contrato.


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