4 de enero de 2008
Por: Primera HoraMientras depositaban gasolina en los tanques de sus automóviles los precios registrados en los letreros de la estación aumentaban: un centavo en regular y premium, a cuentagotas.
Pero, aun así los conductores sentían el efecto en su bolsillo con salvaje intensidad. Ante su brillosa guagua cuatro por cuatro, cuyo chasis reflejaba el sol tropical, la bomba marcaba $10, $11 y $12 y el dinero depositado subía en espiral contrastando con el imperceptible, aunque doloroso aumento del centavo que se divisaba en el letrero.
“Como ya están diciendo los economistas, esto va a afectar todos los renglones de la economía. El gasto que yo incurro en gasolina es enorme”, indicó la abogada Marta Ojeda, quien requiere utilizar su Jeep Liberty para recorrer los diferentes tribunales del país.
Ante las sugerencias de algunos expertos en ahorro y funcionarios gubernamentales en torno a cómo acortar gastos utilizando, por ejemplo, los medios de transportación masiva, algunos conductores señalaron que el Gobierno ha fallado en proveer el tan necesitado servicio en Puerto Rico.
Otros ciudadanos, como el actor Tito Negrón, hacen lo que pueden caminando distancias que algunos podrían considerar kilométricas para visitar las tiendas o realizar actividades al aire libre.
“Hay que seguir viviendo y hay que reducir gastos”, dijo Negrón, al momento que agarraba el mango de la bomba para llenar el tanque de su Nissan Pathfinder, en una Shell de la calle Domenech, en Hato Rey.
Los precios del crudo subieron ayer a la cifra récord de $100.09 por barril ante un aviso en torno a una baja en los inventarios del combustible en Estados Unidos.
Por otra parte, inspectores del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) se movilizaron a las calles para registrar los precios del litro en las gasolineras.
El secretario de la agencia, Víctor Suárez, barajea la posibilidad de establecer un control en el margen de ganancias de los dueños de los establecimientos.