14 de marzo de 2008
Por: La OpinionAunque no tan mal como Florida, que por segundo año consecutivo se sitúa a la cabeza en cuanto a fraude hipotecario, California está entre los estados con más actividad fraudulenta, al ocupar el cuarto lugar en 2007.
La posición contrasta con la número 22 en que se situaba en 2003, pero supone una mejora respecto a la del año pasado, cuando el Estado Dorado se ubicaba en segundo lugar.
Los datos fueron revelados ayer en un informe presentado por la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA), y realizado por el Instituto de Investigación de Activos Inmobiliarios (MARI), subsidiaria de ChoicePoint.
Según Merle Sharick, vicepresidente de Choice Point, la mejor posición registrada en California no debe atribuirse automáticamente a los avances conseguidos en este sentido.
"California ‘ha perdido’ la segunda posición sobre todo debido a la subida del fraude en Nevada y Michigan", comenta Sharick.
El reporte no indica el número de casos fraudulentos que se han dado ni en el país ni en los estados, un dato que según Sharick no se revela intencionadamente.
"Hay que ponerlo en perspectiva con la población del estado, y con el volumen de actividad en el mismo", dice Sharick explicando que por ello han optado por crear un índice que contempla estas variables. Según dicho índice, un cien supone que el estado tiene el promedio normal de fraude en relación con los préstamos originados.
California ha obtenido este año 170, frente a 215 de Florida, 204 de Nevada y 200 de Michigan.
Mientras que las condiciones económicas de este último estado ?entre las que destaca la crisis de las manufactureras de autos? pueden relacionarse con el aumento del fraude hipotecario, en Florida, Nevada y California están vinculadas sobre todo a actividades especuladoras.
"Cuando el mercado funciona bien, el fraude se detecta menos", dice Sharick, señalando que muchos de estos casos afloran cuando se llega a situaciones de embargo o impago.
El tipo de fraude más común detectado en 2007 fue en cuanto a falsedad en el historial de empleo e ingresos del solicitante. Pero si el ingreso se "infla" para conseguir un préstamo por encima de las posibilidades del solicitante, y la vivienda se aprecia a gran velocidad, es probable que nunca se descubra el fraude, cuando la vivienda se vende a un precio superior a la deuda pendiente.
Según David Kittle, presidente electo de la MBA, quienes reciben los préstamos no son los únicos culpables de que el fraude se produzca.
"Los agentes inmobiliarios, hipotecarios, los constructores y prestamistas, todos tienen que asumir responsabilidad en la situación actual", dice Kittle.
Según la MBA, las pérdidas totales por fraude en la última década se elevan ya a unos 1,000 millones de dólares.
El informe indica que la tecnología ha jugado un papel en incrementar el nivel de fraude debido a la proliferación de "hipotecas electrónicas" en las que la solicitud se tramita informáticamente.
"Cada vez hay más gente capaz de manipular estos razonamientos electrónicos para que den la respuesta que buscan", dice Sharick, señalando que en el futuro las aplicaciones tecnológicas se utilizarán con más supervisión humana.
Estadísticas de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) muestran que en 2007 hubo 46,717 reportes de fraude, un 30% más que en 2006 y el doble que en 2000, pero la cifra sólo muestra una porción del total debido a que sólo los prestamistas asegurados federalmente están obligados a reportar los casos de fraude.
Ralph Roberts, especialista en fraude inmobiliario y autor de un libro sobre el tema, señala que el fraude ha pasado a formar parte de la cultura estadounidense.
"En el pasado solía ser algo que hacían los políticos, algunos altos ejecutivos y ‘artistas’ del engaño, pero ahora todo el mundo lo hace", opina Roberts.
Los autores del informe MARI comentan que el hecho de que muchos de los fraudes versen sobre falsedad en cuanto a ingreso y empleo, ha pillado por sorpresa a las autoridades y profesionales que tratan de combatirlo, que hasta ahora se habían preparado sobre todo para combatir redes de criminales y estafas más sofisticadas.