28 de abril de 2008
Por: El Nuevo DiaMolestos y desesperados, algunos pacientes dañados por la cirugía láser de córnea denominada Lasik narraron el viernes sus malas experiencias a asesores de funcionarios federales del sector salud, señalando que sufren de dolor severo de ojos y de visión borrosa.Una persona testificó incluso sobre el suicidio de su hijo.Los asesores recomendaron que el gobierno advierta más claramente sobre los riesgos de esta cirugía altamente popular.Aproximadamente 700,000 estadounidenses por año se someten a la cirugía optativa asistida por láser. Al igual que el astro golfista Tiger Woods, quien se sometió a dicha cirugía de corrección de córnea, ellos tienen la esperanza de deshacerse de sus anteojos, como dicen los anuncios.Y aunque la inmensa mayoría se beneficia del procedimiento logrando una visión de 20-20, cerca de uno de cada cuatro pacientes que buscan realizarse la operación Lasik no son candidatos.Una fracción pequeña, quizá de 1% o menos, sufre efectos secundarios graves que cambian la vida, como deterioro mayor de la visión, ojo seco severo, resplandor, incapacidad para conducir de noche."Demasiados estadounidenses han sido dañados por este procedimiento y ya era tiempo de que se escuchara este mensaje", dijo David Shell, de Washington, a científicos asesores de la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA en inglés) antes de que éstos recomendaran a la agencia que proporcione advertencias más claras al respecto.Shell mostró fotografías ampliadas que representan su mundo borroso, con aureolas alrededor de objetos y visión doble, desde que se sometió a una cirugía Lasik en 1998."Veo múltiples lunas", dijo enojado. "¿Alguien quiere someterse al Lasik ahora?"Colin Dorrian estaba en la escuela de Derecho cuando un problema de ojo seco hizo que fuera tan intolerable usar lentes de contacto que buscó realizarse la cirugía Lasik, a pesar de que un médico señaló que sus pupilas eran bastante grandes.Tanto el ojo seco como el tamaño de las pupilas debieron haber descalificado a Dorrian para la operación, pero de cualquier manera la realizaron. Su padre describió que el joven de los suburbios de Filadelfia sufrió seis años de dolor de ojos y visión borrosa antes de suicidarse el año pasado."Tan pronto como mis ojos comenzaron a estar mal, caí en una profunda depresión que nunca había experimentado, y no pude salir", leyó Gerard Dorrian de la nota suicida de su hijo.