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  Por el libro

27 de junio de 2008

Por: Primera Hora

El sombrío panorama económico que enfrenta Puerto Rico podría deberse más a su población que a las políticas erradas de sus gobernantes. Pero quizás sería más preciso decir que los cambios demográficos en la Isla conjuran una serie de elementos que inciden negativamente sobre la calidad de vida de la población, las oportunidades de empleo, y las expectativas de que la Isla pueda superar su actual crisis económica.

Según se desprende de una presentación del Consejo de Ex Funcionarios al Servicio del Pueblo (CONEXSP), la continua fuga de talento a Estados Unidos, el envejecimiento de la población y un sector de la sociedad en edad productiva que se mantiene fuera del campo laboral son algunas de las variables que más atentan contra el desarrollo económico del país.

 “Uno de los factores que más ha incidido sobre la economía es el demográfico, y los movimientos poblacionales cobran más importancia ahora que en años recientes. Hay un serio desbalance entre los recursos disponibles y las necesidades de la población”, sostuvo la demógrafa Judith Rodríguez, miembro de CONEXSP.

 El análisis presentado por la organización sin fines de lucro rompe con algunas de las tradicionales teorías económicas que responsabilizan fundamentalmente las decisiones de los gobiernos por la situación económica actual, como lo podría ser la eliminación de la sección 936, que garantizaba exenciones contributivas para el sector manufacturero, o la implantación del tan temido impuesto sobre el consumo.

 “Hay una salida enorme de puertorriqueños con alto nivel de instrucción. Por otro lado, está la entrada de una población extranjera, que por general tiene bajos niveles de escolaridad y que trabajan en empleos que muchos puertorriqueños no quieren”, indicó la especialista.

 Según confirman estadísticas de la Junta de Planificación, la mayoría de los puertorriqueños que emigran a Estados Unidos buscan mejores oportunidades de empleo.

También se desprende de los datos más recientes de la agencia, recopilados en el 2002, que cerca del 54 por ciento de todos los puertorriqueños que se mudaron a Estados Unidos formaban parte de la fuerza laboral boricua. De hecho, uno de cada diez era un profesional.

Los datos apuntan a que de los 42,161 puertorriqueños que se radicaron en Estados Unidos ese año, el 62.8 por ciento se iba por una oferta de trabajo o para comenzar su búsqueda de empleo.

 Ante todos los puertorriqueños en búsqueda de nuevos horizontes en Estados Unidos, gran parte de la población que permanece se caracteriza por su falta de productividad y dependencia de ayudas federales.

 Se estima que el 47.6 por ciento de la población mayor de 16 años de edad está inactiva en el campo laboral. Aunque el Departamento del Trabajo estimó la tasa de desempleo el pasado abril en 9.7 por ciento, el grupo de ex funcionarios considera que la proporción más real debería alcanzar el 20 por ciento, por todas las personas “no registradas” en la agencia que actualmente se encuentran en la búsqueda de empleo.

 La cantidad de personas que deciden depender exclusivamente de las ayudas federales para su subsistencia permanece alta. Según otros datos presentados por la organización, en sólo cuatro años las ayudas federales a Puerto Rico aumentaron un 11 por ciento, de $4.7 mil millones en el año fiscal 2002-03 a $5.3 mil millones en el 2006-07.

 CONEXSP estima que la continua emigración de puertorriqueños a Estados Unidos y los fondos federales han servido como una “válvula de escape” ante las presiones sociales que enfrentan los boricuas.

 Puerto Rico envejece

Además de todas las personas que deciden permanecer inactivas en el campo laboral, muchos de los que sí trabajan se están retirando. El envejecimiento de la población se considera como uno de los mayores desafíos que enfrenta la Isla ante su estancamiento económico. “La población de Puerto Rico se encuentra en pleno proceso de envejecimiento. Este fenómeno demográfico que comenzó el siglo pasado ha sido y será el que tendrá mayor impacto social y económico en la sociedad puertorriqueña durante los próximos años. La estructura de edad en la población de Puerto Rico es vieja”, subrayó la experta en su ponencia escrita.

 Se estima que el 29.7 por ciento de los puertorriqueños, prácticamente tres de cada diez, tiene más de 50 años de edad.

Según reflejan las tasas anuales sobre el incremento poblacional de las últimas décadas, el ritmo del crecimiento se ha desacelerado debido a la reducción en la fecundidad de las mujeres. Mientras la mediana edad para la década de los 50 era 18.4 años, ésta aumentó a 34.7 años para el 2006.

 “El envejecimiento de la población en Puerto Rico no es mayor por la entrada de inmigrantes ilegales”, aclaró Rodríguez.



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