14 de julio de 2008
Por: La OpinionComparados con los 2.6 billones de deuda que arrastran los consumidores estadounidenses, el balance de 1,906 dólares que Ruby García (el apellido se ha cambiado a petición de la interesada) tiene acumulado en su tarjeta Citicard es relativamente pequeño.
Sin embargo, para esta residente de Mar Vista, la cantidad es intimidante.
"Por primera vez en muchos meses voy a tener que conformarme con pagar el mínimo" dice la consumidora, señalando que esa cantidad son 28 dólares. Con dicho pago, García evitará dejar una marca negativa en su historial de crédito, pero abonar el mínimo podría ser el principio de una espiral de deuda de la que muchos consumidores no saben cómo salir.
"La gente, y en particular muchos hispanos, no se dan cuenta de que reembolsando la cantidad mínima requerida cada mes puede hacer que les tome 40 años, y mucho dinero en intereses eliminar su deuda en tarjetas de crédito", dice Eva Campos, consejera del Servicio de Consejería de Crédito al Consumidor (CCCS) de Dallas, Texas.
Se estima que un 70% de la economía se apoya actualmente en los consumidores, pero la deuda de éstos aumentó, según los últimos datos del Fed, en 7,800 millones de dólares ?un 3.6%? en mayo respecto al mes anterior, totalizando casi los 2.6 billones de dólares. De ellos unos 962 mil millones corresponden a tarjetas de crédito, mientras que el resto se reparte en diferentes tipos de préstamos de consumo como los de carro y personales, entre otros.
El Fed señala que uno de los motores del aumento registrado en mayo fueron las "líneas de crédito recurrentes", revolving credit line, compuestas principalmente por las tarjetas de crédito y cuyo uso creció en un 7.1% durante el mes pasado.
"La gasolina es uno de los grandes componentes de este mayor uso de las tarjetas", comenta Ben Woolsey, director de mercadeo e investigación para el consumidor de CreditCards.com, señalando que una vez cerrado el grifo de riqueza teórica que hace unos años representaba la plusvalía de la casa, y con los ahorros cayendo en picada, se está produciendo una migración hacia las tarjetas como medio de llegar a fin de mes.
Woolsey comenta que además muchos bancos no están repercutiendo en el consumidor los recortes de interés del Fed, algo a lo que si no moralmente, al menos sí legalmente tienen derecho amparándose en "las actuales condiciones del mercado" que incluyen no sólo la incertidumbre económica actual, sino también en muchos casos grandes pérdidas en otras áreas de préstamo como la hipotecaria.
Por el contrario, lo que los consumidores están padeciendo ya, y deben esperar para el futuro próximo, son recortes en sus máximos disponibles, mayores penalizaciones y tasas de interés que a menudo se disparan a pesar de cumplir con los pagos, si el consumidor se enfrenta a problemas en otras áreas, por ejemplo, si está retrasado en el pago de su hipoteca-.
"Muchas tarjetas aplican un principio de ‘responsabilidad universal’ que les permite penalizar a sus clientes si tienen incumplimientos con otros acreedores", diceWoolsey.
Basándose en datos de las agencias regulativas del sector bancario la analista iStockAnalyst reporta que instituciones como Washington Mutual han recortado en casi un 10% el crédito disponible en tarjetas durante el primer trimestre del año, mientras que HSBC Holdings, Target y Wells Fargo, han reducido sus líneas de crédito en un 3%. De esta forma, tan sólo estos cuatro prestamistas han eliminado el acceso a unos 15,000 millones de dólares en los primeros tres meses del año.
Además, el pesimismo reina en una industria en la que muchos están convencidos de que pronto se dispararán las tasas de impago, emulando la trayectoria registrada en el sector hipotecario.
Los últimos datos de la Asociación de Banqueros Americanos (ABA) hechos públicos a primeros de mes indican que los retrasos de pago en tarjetas de crédito han aumentado un 0.13%, situándose en el 4.51% mientras que en las líneas de crédito hipotecarias (HELOC) ?a través de las que los estadounidenses tenían acceso a 625,000 millones de dólares en el primer trimestre del año? el incremento fue de un 0.14% hasta llegar al 1.10%, el porcentaje más alto de impagos en esta categoría desde 1997.
"A mucha gente no le quedan ya recursos para manejar su crédito", señala James Chessen, economista de ABA, señalando que la combinación de los crecientes costos de los alimentos y la gasolina con el bajo o nulo aumento de ingresos está presionando a muchas familias.
Analistas como Michael Taiano, de Sandler O’Neill, anticipan que las pérdidas para los prestamistas por falta de pago en tarjetas de crédito se elevaran del 5.7% actual hasta un 10% en los próximos 18 meses, porcentaje que de alcanzarse, superaría el registrado a principios de la década cuando se desplomó el sector tecnológico.
Mientras tanto, la respuesta de la industria es "apretar las tuercas" sobre todo de los menos pudientes, que como explica Charles Evans, abogado de la organización no lucrativa Legal Aid Foundation de Los Ángeles, son por un lado los más proclives a tener problemas financieros y, por otro, a los que más difícil les resulta comprender el jeroglífico lenguaje de términos que rigen el contrato de la tarjeta de crédito.
"Nosotros sólo podemos intervenir cuando se dan prácticas abusivas por parte de las compañías de cobro, pero en una gran mayoría de casos las tasas exorbitantes y las penalizaciones son legales", dice Evans razonando que en esta industria no se ha registrado todavía un movimiento hacia la transparencia y la protección del consumidor tan marcado como en el sector hipotecario.