1 de agosto de 2008
Por: La OpinionUsted se considera un cliente modelo. Jamás se retrasa en sus pagos o se excede en su crédito. Entonces, ¿cómo se explica que su banco le suba el tipo de interés de su tarjeta de crédito de la noche a la mañana?
La respuesta es sencilla: porque puede hacerlo. Los bancos no sólo tienen entera libertad de fijar el tipo de interés que quieren cobrar, sino que además pueden cambiar en cualquier momento, y por cualquier razón, los términos del contrato con los tarjetahabientes.
El negocio de las tarjetas ha acumulado un rico léxico de términos, la mayoría intraducibles al español ?adverse action reprising, off-us repricing, broad-based repricing, universal default? para justificar la subida de tipos.
"Los bancos pueden alterar los términos del contrato cuantas veces lo deseen. Esto es malo para toda la economía: la próxima gran crisis que se viene es la de las tarjetas de crédito", dijo Kathleen Day, del Center for Responsible Lending, una organización no lucrativa en Washington, D.C.
Invariablemente, el portador de tarjetas de crédito que cae en mora, sobrepasa su crédito o gira un cheque sin fondos, la paga caro. Primero, debe saldar una multa: el promedio nacional es 25.99 dólares. Segundo, el banco eleva el tipo de interés de su tarjeta a 29.9% o más.
Según el Center for Responsible Lending, estas políticas están contribuyendo a aumentar el endeudamiento de los estadounidenses. Datos del Banco de la Reserva Federal hacen ver que el monto total de la deuda contraída por ellos ascendió a casi un billón de dólares en febrero. El porcentaje de acreedores aumentó 23.55 desde 2003, y según el propio Fed, la razón de semejante incremento se debe principalmente al incremento de los intereses que los deudores tienen que pagar por haber incurrido en mora.
Es cada vez más frecuente que los bancos invoquen razones como el retraso de sus clientes en el pago de sus facturas de servicios o sus problemas con una segunda compañía de tarjetas de crédito para subirles el interés.
"La compañía que expide la tarjeta puede revisar su crédito y si cree que usted representa un riesgo crediticio, le pueden subir el interés", dijo Carol Kaplan, portavoz de la Asociación de Banqueros (ABA) en respuesta a esos reclamos.
Desafortunadamente, aun los usuarios más responsables y con el mejor historial crediticio se exponen a la subida de tipos.
Un sondeo de 22 instituciones bancarias, dado a conocer a principios de semana por Consumer Action, reveló que las empresas que expiden tarjetas de crédito echan mano de razones como la "la condición del mercado", "la situación económica" y conceptos parecidos para subir los intereses de sus clientes más solventes.
El 77% de los bancos consultados (17 de los 22) respondieron positivamente a la pregunta: "¿Puede su banco incrementar mi APR [tipo de interés anual] o cambiar los términos del contrato ‘en cualquier momento y por cualquier razón?’".
Al indagar por qué los bancos suben el tipo de interés aun a personas con un récord impecable, Kaplan argumentó que los bancos, al igual que las compañías de seguro, "miran muchas cosas más".
"Las aseguradoras de automovilistas toman en cuenta numerosos factores: la edad, el sexo, el barrio en que vive el conductor; aun si nunca tuvo un accidente, le pueden subir el pago", dijo Kaplan. "Estamos en una época en que los bancos están obligados a estudiar cualquier indicador riesgoso".
Uno de los aspectos más confusos del denso mundo de las tarjetas de crédito es que las cosas no son lo que parecen. Una tasa "fija" no es necesariamente una tasa fija, advierte Todd Ossenfrot, un experto en temas de crédito de CreditsCard. com, un sitio en la internet que se especializa en el tema.
¿Cómo se llegó a esta situación?
"Dinero y conexiones", según Joe Ridout, de Consumer Action. "Los bancos tienen el músculo y la plata y hacen jugosas donaciones a los políticos".
Pero en este año de elecciones, según él, está montado el escenario que permitirá cambiar las reglas del juego.
Carolyn Maloney, una congresista de Manhattan, ha presentado una moción de ley, la HR5244, que ella define como "moderada y equlibrada" para reformar el sistema de las tarjetas de crédito. Su moción, denominada Ley de los Derechos del Tarjetahabiente, será discutida en el Congreso en los próximos días.
Su proyecto de ley aborda varios aspectos del negocio y propone remedios específicos para evitar el creciente endeudamiento de la población.
De entrada, requiere que los bancos avisen con 45 días de anticipación al titular de una tarjeta de crédito que haya caído en mora antes de poder elevarle el interés, y le confiere el derecho a rechazar el nuevo interés y cancelar su deuda con base en el tipo y los términos originales.
El plan de Maloney también requiere que los bancos envíen las facturas de tarjetas de crédito 25 días antes del plazo de vencimiento del pago (y no 14 como en la actualidad); prohíbe que esas compañías usen conceptos engañosos en los contratos y prohíbe la aplicación de prácticas como la denominada double-cycle billing, que algunas emplean para cobrar más interés.
La ABA y las grandes asociaciones financieras, así como la Cámara de Comercio de Estados Unidos se han pronunciado en contra de la moción de la demócrata Maloney. Según ellos, la propuesta "tendrá más consecuencias a largo plazo para los consumidores, los negocios y la economía en general de lo que es posible predecir".
Jonathan Orszag, autor de un estudio financiado por la ABA, dijo que el plan de Maloney tendría el mismo efecto que comprimir un balón. "El aire [es decir, los tipos de interés y los recargos pasan de un lado al otro del balón] pasa de los tarjetahabientes de alto riesgo a los de bajo riesgo".
Maloney no es la única interesada en reformar el reglamento que regula a los emisores de tarjetas de crédito.
El Fed, la Oficina de Supervisión del Ahorro (Office of Thrift Supervision) y la Administración Nacional de Cajas de Crédito han propuesto nuevas normas para proteger a los consumidores en contra de los abusos financieros. Los estadounidenses tienen hasta el 4 de agosto para presentar sus puntos de vista a la entidad.
Maloney y otros 65 legisladores enviaron una carta de apoyo a esas entidades respaldando su plan de reforma.
"Todos coincidimos en que estos abusos son inaceptables y que deben ser eliminados", dijo Maloney al final de su misiva.