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  Por el libro

5 de agosto de 2008

Por: El Nuevo Herald

Los hermanos Benítez eran maestros del fraude al Medicare, según los fiscales. Invirtieron los millones que estafaron al Medicare en mansiones estilo mediterráneo, apartamentos, hoteles, helicópteros, embarcaciones e incluso un parque acuático en la zona turística de Bávaro, República Dominicana, muestran documentos judiciales.

 Después que fueron encausados bajo cargos de fraude a finales de mayo, Carlos, José y Luis Benítez usaron sus pasaportes cubanos para viajar de Miami a República Dominicana, y de allí a Cuba.

 Los tres están acusados de estafar al Medicare con la facturación de tratamientos de sueros contra el sida en su docena de clínicas en Miami-Dade. El Medicare pagó a sus empresas casi $84 millones entre el 2001 y el 2004, según las autoridades federales y documentos de la corte.

 Los Benítez --quienes llegaron a Estados Unidos en 1995 y se hicieron ciudadanos cinco años después-- tienen mucha compañía. Están entre 56 fugitivos acusados de facturar fraudulentamente al menos $272 millones al Medicare antes de desaparecer. En conjunto, los fugitivos se llevaron por lo menos $142 millones en dinero de los contribuyentes.

 Treinta y tres de los 36 fugitivos cuyos nombres las autoridades han revelado son inmigrantes cubanos y en su mayoría llegaron a EEUU en los últimos 15 años, según documentos del FBI, Inmigración y de los tribunales obtenidos por The Miami Herald. La mitad de ellos regresó a Cuba, afirma el FBI, que basa su información en archivos de viaje, aduana, pasaportes, bancos y computadoras.

 La mayoría de los aproximadamente 700 acusados de fraude al Medicare encausados desde el 2004 son inmigrantes que comparten una confianza implícita cuando se incorporan a pequeñas operaciones ilegales en el sur de la Florida para estafar al seguro federal de salud, según los propios acusados, fiscales e investigadores.

 Timothy Delaney, agente especial adjunto a cargo de la oficina del FBI en Miami, indicó que el fraude al Medicare ha crecido mucho en los últimos 10 años en ciertos bolsones de Miami-Dade, donde viven 750,000 cubanoamericanos, como ha ocurrido en otras comunidades de inmigrantes en otras grandes ciudades.

 Muchos ven al Medicare como una presa fácil para el fraude porque se basa en un sistema de confianza implícita que paga rápido sus cuentas sin revisarlas mucho. Además, las probabilidades de que los sorprendan son pocas y las de hacer millones muchas.

 Delaney aseguró que ciertos segmentos de la población de inmigrantes cubanos en Miami y Hialeah --como los armenios en Los Angeles, los africanos en Houston y los rusos en Nueva York-- crean operaciones ilegales entre ellos mismos.

 "Tenemos a los proveedores inescrupulosos y a los médicos que se prestan', comentó Delaney al describir la situación del fraude al Medicare en Miami-Dade. "No piensan que están cometiendo un delito'.

 Entre los fugitivos conocidos que escaparon a Cuba está Eduardo Moreno, quien llegó a Estados Unidos en 1997.

 Moreno, de 39 años, usó una red de oficinas para operar equipos médicos y tranfusiones ficticias contra el VIH en Miami-Dade y estafar al Medicare $7.2 millones con facturas falsas, según documentos judiciales. Se compró una casa $445,000 en el suroeste de Miami-Dade y un Rolls-Royce Phantom de $200,000.

 Cuando el FBI lo arrestó el año pasado por cargos de fraude, pagó una fianza de $250,000 y regresó a La Habana, según el FBI. Los agentes federales le siguieron los pasos mediante récords de viajes y sus familiares.

 Moreno es uno de por lo menos 18 fugitivos identificados que se sospecha han escapado a Cuba, y otros 18 a países de América Latina, Europa, Canadá, Florida o destinos desconocidos, según información del FBI y de otras fuentes.

 Además, hay 20 fugitivos no identificados cuyos nombres no se darán a conocer hasta que los arresten.

 "Una buena parte son cubanos y regresan a Cuba porque no hay una política de extradición y no tenemos manera de echarles mano ahora', aseguró Delaney, quien dirigió el programa nacional del FBI contra el fraude al Medicare antes de mudarse a Miami en el 2005.

 El senador federal Mel Martínez, republicano por la Florida, quien llegó a EEUU durante la Operación Pedro Pan y se benefició como miles de cubanos de la Ley de Ajuste (CAA), ha presentado en el Congreso un proyecto de ley que duplica las penalidades civiles y criminales contra quienes estafen al Medicare. Aunque Martínez dijo que no cree que el fraude al Medicare sea estrictamente un "problema cubano', también criticó al gobierno cubano por albergar a los fugitivos.

 "Lo primero que me viene a la mente es que ésa es una de las razones por las que el gobierno cubano es ilegal, porque da albergue a los fugitivos', indicó Martínez.

 Fidel Castro y el actual gobernante, su hermano Raúl Castro, han devuelto a fugitivos en muy raras ocasiones.

 Pero seguir la pista a los fugitivos que se van a países como República Dominicana es más fácil porque tienen tratados de extradición con EEUU. Las autoridades federales trabajan con las dominicanas para encausar a los Benítez e incautarles sus muchos activos en Bávaro, entre ellos un hotel llamado Cabañas Singapur, así como otros hoteles turísticos, un helicóptero Robinson R44 Raven, edificios de apartamentos, mansiones de lujo, supermercados y una agencia de arrendamiento de autos, registrados bajo compañías fantasmas o falsos dueños. Funcionarios dominicanos comenzaron en julio a incautar sus propiedades y congelar sus cuentas bancarias, y el gobierno federal planea devolver al Medicare lo que se recupere.

 El viernes, los fiscales del Departamento de Justicia presentaron en la corte federal de Miami una propuesta de orden de restricción para asegurarse de que los activos de los hermanos no sean vendidos o transferidos.

 El caso de los Benítez ha generado titulares en República Dominicana, no solamente debido de la incautación por parte del gobierno de EEUU de sus ganancias malhabidas, sino porque la hija y el nuero de Carlos Benítez -- Yanelkis Benítez Ramírez y Lenin Linares Guerrero-- fueron secuestrados. Pocos días después las autoridades rescataron a la pareja.

 Mientras tanto, agentes del FBI han seguido la pista a los hermanos Benítez hasta La Habana, según autoridades federales.

 En general, el FBI ha tenido poca suerte, en años recientes, en capturar a este tipo de fugitivos en el extranjero. "Que yo sepa, no han devuelto a nadie acusado de fraude a los servicios médicos', amplió Delaney.

 La única excepción fue en junio del 2004, cuando las autoridades dominicanas entregaron a tres fugitivos de fraude al Medicare --Rubén Martínez, su hija Adriana Ramos y el esposo de ésta, Daniel Ramos-- que habían huido a ese país meses antes de ser encausados bajo cargos de fraude.

 Estas personas eran parte de una pandilla familiar dirigida por Martínez, de 57 años, quien al final fue hallado culpable de estafar $14.5 millones al Medicare con la facturación fraudulenta de equipos médicos como camas de hospital, tanques de oxígeno y soportes ortopédicos para calzado, entre el 2000 y el 2002. Las autoridades federales recuperaron $1 millón en bancos de República Dominicana, $900,000 en bancos estadounidenses, bienes raíces, joyas y un Porsche Boxster.

 "Fue un caso clásico de cooperación internacional', aseguró el ex fiscal federal Wifredo Ferrer, a cargo del procesamiento de Martínez y 11 personas más. "Los tres fugitivos eran cubanos, no ciudadanos de República Dominicana. Las autoridades dominicanas los declararon persona non grata y los deportaron a Estados Unidos'.

 Sin embargo, hay un fugitivo de fraude al Medicare en ese caso que todavía está libre: Emilio R. Seijo, quien está en Cuba, según el FBI.

 El aumento de los casos de acusados de fraude al Medicare que huyen del país se ha convertido en un tema complicado para los jueces federales en el sur de la Florida.

 Esta primavera, el magistrado del Tribunal Federal de Distrito en Miami emitió un memorándum a los demás jueces advirtiéndoles sobre los peligros de fuga. El juez federal de distrito Federico Moreno también revisó la fianza de los acusados de fraude al Medicare que llegaban a su despacho, citando un patrón de fugas después del encausamiento.

 El juez Moreno dijo en junio ante el tribunal: "Me parece que tenemos que cambiar de manera de pensar, que alguien de Cuba pueda regresar a su país igual que alguien de México'.

 Moreno se preguntó si la Ley de Ajuste Cubano --aprobada por el Congreso en 1966 para otorgar asilo y residencia a la primera ola de refugiados políticos cubanos-- era objeto de abuso por parte de una nueva generación de sospechosos de fraude al Medicare. El juez se preguntó en alta voz "si alguien puede ser calificado de refugiado político cuando esa persona puede recoger sus cosas y regresar'.

 Moreno tocó el punto tras conocer que una antigua secretaria acusada de estafar $11 millones al Medicare huyó a Cuba con su hijo y su padre.

 El juez había liberado a Carmen González con una fianza de $50,000. Su padre, Enrique González, quien firmó la fianza, fue encausado en mayo en otro caso de fraude al Medicare por una estafa de $26.2 millones en medicamentos contra el VIH en clínicas de Miami-Dade.

 "No sé cuál es la situación de su cliente, pero el dinero rinde mucho más en Cuba', le dijo el juez a Joel DeFabio, abogado de González. "Los dólares valen más. Y el gobierno alega que esos dólares son el resultado del fraude al Medicare'.

 Moreno no es el único juez federal que ha sido engañado.

 El caso del fraude al Medicare de Gustavo Smith ilustra lo fácil que resulta a los fugitivos salir de EEUU.

 Después que lo hallaron culpable en un juicio en abril, la jueza federal de distrito Marcia Cooke le permitió a Smith permanecer en libertad, tras pagar una fianza de $300,000, para esperar la sentencia. Los fiscales insistieron que Smith debía permanecer detenido. Cooke decidió dejarlo en prisión domiciliaria.

 El 11 de junio, Smith, quien había entregado su pasaporte estadounidense, escapó con su novia en un vuelo de American Airlines rumbo a Santo Domingo usando su pasaporte cubano bajo el nombre de Gustavo Smith Wong. A principios de julio Cooke lo sentenció en ausencia a 10 años y 10 meses de cárcel.

 Una de las razones evidentes por las que los acusados de fraude al Medicare pueden evadir el encausamiento es porque generalmente se les permite salir libres bajo fianza. Pero la mayoría de los acusados de fraude al Medicare que han huido desde el 2004 dejaron el sur de la Florida antes que los agentes federales pudieran arrestarlos, según el FBI y los fiscales. En algunos casos, los sospechosos se ponen nerviosos cuando arrestan a uno de sus colegas y escapan antes que los puedan procesar.

 Un ejemplo típico es el de Fermín Rey, de 49 años, que emigró de Cuba en 1995 y fue encausado el año pasado acusado de usar empresas de servicios médicos para facturar ilegalmente al Medicare $5.2 millones en equipos médicos. Rey, descrito por las autoridades como un sacerdote de santería que usó a sus socios como pantalla para su negocio ilegal, no se presentó en el tribunal. Se cree que Rey vive hoy en México.

 ¿Por qué tantos inmigrantes cubanos estafan al Medicare? Andy Gómez, profesor del Instituto de Estudios Cubanoamericanos de la Universidad de Miami (UM), tiene una teoría sobre el tema.

 Gómez dijo que algunos inmigrantes llegan al país con los instintos de supervivencia que aprendieron en el sistema totalitario de Fidel Castro. Desconfiaban y engañaban al gobierno comunista como una forma de escapar del sistema, pero no cambiaron esa actitud cuando llegaron a Miami y a un país libre.

 "No son más que un producto de su medio', comentó Gómez. "Es un hábito muy difícil de romper'.

 Los agentes del FBI no sólo tienen dificultad para seguir la pista a los fugitivos de fraude al Medicare, sino también al dinero.

 Las autoridades sospechan que la mayor parte de los acusados de estafar al Medicare que huyen del país --como los hermanos Benítez-- lavan el dinero en el extranjero.

 El fiscal Eric Bustillo, jefe de la División de Delitos Económicos de la Fiscalía Estatal de Miami, afirmó que a los agentes federales les resulta difícil seguirles la pista una vez que sacan el dinero de los bancos locales.

 "Es lo opuesto al narcotráfico', explicó Bustillo. "A los narcotraficantes se les paga en efectivo, de modo que tienen que buscar negocios y otros métodos para lavar ese dinero. Las compañías del Medicare deben recibir todos sus pagos en cheques o giros transferidos a una cuenta de banco para que se le pueda seguir la pista. Lo que sucede es que de inmediato lo convierten en efectivo, y una vez que hacen eso, ¿quién sabe a dónde va a parar el dinero?"

 Las autoridades federales y expertos en lavado de dinero saben que parte de los fondos de algunos fugitivos termina fuera del país. Un ejemplo son los activos que los hermanos Benítez tienen en la República Dominicana.

 Sin embargo, a menos que las autoridades puedan identificar los millones de dólares lavados --en cuentas de banco, bienes raíces, automóviles, embarcaciones-- no pueden tomar ninguna medida para tratar de recuperar los activos.

 Según expertos en lavado de dinero, es fácil trasladar fondos mal habidos a ciertos países.

 Por muy poco dinero, los que estafan al Medicare pueden contratar abogados en el extranjero para crear compañías falsas y ayudarlos a abrir una cuenta bancaria, señaló Brett Wolf, analista de lavado de dinero de Complinet, una firma de Londres que ayuda a las instituciones financieras a cumplir las normativas financieras.

 "Sin duda, el contrabando de dinero en efectivo tiene un papel en todo esto', indicó Wolf. "Si se tiene en cuenta la naturaleza sumamente controladora de la red financiera de Cuba, es muy poco probable que estos fondos del Medicare se muevan a través del sistema bancario oficial'.

 Los fugitivos que se establecen en países como las Bahamas o México, desde donde pueden viajar a Cuba sin problemas, pueden ir y regresar de la isla con miles de dólares en efectivo que después pueden cambiarse por pesos cubanos convertibles (CUC).

 Pero sería peligroso para los fugitivos llevar consigo grandes cantidades de dinero en efectivo, digamos $50,000, para tratar de sobornar a los funcionarios del gobierno comunista en Cuba, a menos que tengan contactos.

 De todas maneras, un fugitivo de Medicare con cientos de miles o hasta millones de dólares guardados en cuentas extranjeras puede vivir en Cuba como un magnate.

 En Cuba el salario mensual promedio es aproximadamente $17.

Vea el domingo La reforma al Medicare.



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