15 de septiembre de 2008
Por: El VoceroEmpresas de todos los sectores de la industria alimentaria de EE.UU. están cambiando su forma de hacer negocios en respuesta al aumento en el costo de los granos: probablemente serán los consumidores quienes sufran las consecuencias.
Los ganaderos estadounidenses están recortando sus rebaños como no lo hacían en décadas, lo que significa que la carne en venta en los supermercados probablemente costará más en los próximos años. Los intermediarios están intentando reducir la duración de los contratos de suministro de un año a un máximo de 90 días de forma que puedan ajustar más rápido los aumentos. Y las procesadoras de alimentos están reduciendo el contenido de sus embalajes, desde los recipientes de helado a las botellas de las bebidas.
"Hemos cambiado absolutamente todo lo relacionado con nuestras compras", dijo Brenda C. Barnes, presidenta ejecutiva de Sara Lee Corp., cuando la empresa reportó una pérdida neta de $695 millones en el trimestre terminado el 28 de junio.
El gigante alimentario estadounidense, que produce panes, postres y salchichas, entre otros artículos, está rediseñando su línea de productos y reduciendo la cantidad de carne incluida en sus paquetes de embutidos, además de otras medidas. Sara Lee espera que sus costos de materias primas suban otros $500 millones en este año fiscal, después de un alza de $350 millones en el período finalizado en julio.
"Todos saben que los precios no van a retroceder", dice David A. Schawk, presidente ejecutivo de Schawk Inc., una firma estadounidense que diseña envases para empresas del sector alimentario. El ejecutivo calcula que el 5% de todos los productos de supermercado están siendo achicados, un porcentaje sin precedentes, dice.
El disparo en los precios de los cereales está agregando miles de millones de dólares en los costos de la industria alimentaria de Estados Unidos, generando nuevos ganadores y perdedores. Muchas compañías que ayudan a los agricultores a producir sus cultivos viven una buena racha. La acción del fabricante de fertilizantes Mosaic Co., por ejemplo, ha subido casi siete veces desde que empezó el auge del grano. La acción de Monsanto Co. saltó 140% gracias al aumento en las ventas de sus semillas transgénicas. Y la fuerte demanda por maquinaria agrícola llevó a la acción de Deere & Co. a un alza de 90%.
Acciones en baja
Muchas procesadoras de alimentos, a su vez, atraviesan malos momentos porque están teniendo problemas para traspasar sus costos. La acción del frigorífico estadounidense Smithfield Foods Inc. ha caído un 10% desde agosto de 2006, mientras que la de su rival Tyson Foods ha perdido 24% en el último año. La láctea Dean Foods Co. vio una caída de 5.7% en su acción el mes pasado, pese a reportar un aumento en sus ganancias del segundo trimestre. La empresa había advertido en el anuncio de sus resultados que "continúa sufriendo presiones inflacionarias y de volatilidad".
A las compañías de alimentos con marcas fuertes les está siendo más fácil transferir los costos más altos a sus consumidores. El precio de las acciones del fabricante de cereales Kellogg Co. ha subido un 14% desde que empezó la subida del precio de los granos. "Creo que estamos en el inicio de todo esto", dice Paul D. Ridder, director financiero de Tasty Baking Co., un fabricante de pastelitos de Filadelfia que aumentó los precios de sus productos de consumo un 8% durante el segundo trimestre.
Michael Swanson, un economista de Wells Fargo & Co., cree que la tasa de inflación de los alimentos podría trepar hasta el 6% el año que viene. Paul Prentice, presidente de Farm Sector Economics de Colorado, dijo que espera que los precios de los alimentos minoristas suban alrededor de 7.5% en 2009.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. pronostica un alza de los precios de los alimentos de entre 4.5% y 5.5% este año y entre 4% y 5% en 2009. Incluso con este pronóstico más conservador, esto significaría, para una familia de cuatro personas, un gasto anual en comida de alrededor de $9,800, unos $1,200 más que en 2006.
Los ejecutivos de la industria de los alimentos también están tratando de encontrar otras maneras de traspasar costos. Los frigoríficos han vendido su carne durante mucho tiempo con contratos que fijan el precio por el plazo de un año o más. Los ejecutivos de Pilgrim's Pride y Tyson Foods dijeron la semana pasada que están tratando de modificar sus contratos para que puedan ajustar sus precios cada 90 días.