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  Por el libro

22 de septiembre de 2008

Por: Eurpapress.com

El escándalo por la leche adulterada con melamina en China, que ha causado la muerte de tres bebés y fallos renales al menos a otros 6.000, continúa salpicando cada vez a más personas, empresas e incluso países, conforme se van conociendo los detalles del caso.

   De momento, las autoridades chinas se han visto obligadas a negar que los productos lácteos ingeridos por los atletas durante los Juegos Olímpicos del pasado verano, así como los que están consumiendo ahora los participantes en los Juegos Paralímpicos, sufrieran ningún tipo de problema.

   Según afirmó hoy en rueda de prensa el director de la Administración General para la Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena, Li Changjiang, la leche y demás lácteos consumidos por los atletas siguieron un canal especial de producción.

   "Tomamos medidas especiales para garantizar la calidad de los alimentos destinados a los Juegos. Enviamos inspectores a todos los centros de producción durante los dos meses previos a las Olimpiadas, que se encargaron de supervisar cada fase de la elaboración", declaró el responsable.

   Li señaló que, además, se enviaron nuevos equipos tras saltar a la luz el escándalo y que los análisis realizados muestran que los alimentos consumidos en la Villa Olímpica han sido siempre seguros.

   El director de la agencia para la seguridad alimentaria china ha afirmado también que se llevará a cabo una investigación interna para depurar responsabilidades (por ahora, ya se ha despedido al responsable de la agencia en la ciudad de Shijiazhuang, donde se localiza la sede del Grupo Sanlu, la empresa por cuya leche en polvo para bebés se destapó la actual crisis alimentaria y cuya presidenta, Tian Wenhua, fue arrestada hoy tras ser despedida).

   Pero la institución, según ha desvelado la prensa nacional, tenía conocimiento de los hechos al menos desde junio ya que recibió alertas a través de su web. Las autoridades, según un documento interno del 11 de agosto que circula en Internet del Grupo Sanlu, habrían estado colaborando para ocultar una noticia que, de haberse destapado antes o durante la celebración de las Olimpiadas en Pekín, habría supuesto un verdadero escándalo.

DE 14 A MÁS DE 6.000 AFECTADOS EN UNA SEMANA

   Los datos manejados desde primeras horas de la mañana hoy hablan, además de los tres pequeños fallecidos, de un total de 6.244 niños afectados. De ellos, 4.917 se encuentran en situación estable, 1.327 están hospitalizados y en observación y 158 sufren síntomas de fallo renal agudo, según las autoridades sanitarias. El número de afectados, que ha pasado de 14 a más de 6.000 en sólo una semana, aumentará previsiblemente cuando se actualicen las cifras mañana.

   Por el momento, el Consejo de Estado (gabinete) chino ha declarado que la " leche en polvo maternizada de la mayoría de compañías en China es segura", según informa hoy la agencia Quinua, si bien la afirmación no ha impedido el anuncio de que se va llevar a cabo una campaña de análisis de ámbito nacional para inspeccionar todos y cada uno de los productos lácteos elaborados en el país.

   Las inspecciones realizadas hasta ahora muestran que los productos de 22 empresas chinas contenían trazas de melamina, un químico empleado para falsear los niveles reales de proteína de la leche. Los gigantes Yili (de propiedad estatal, y patrocinador oficial de los Juegos Olímpicos) y Mengniu (con participación danesa) se han sumado a las disculpas públicas ofrecidas por Sanlu (con participación neozelandesa).

   Mengniu ha suspendido hoy las operaciones bursátiles en Hong Kong, ciudad a la que se están dirigiendo miles de ciudadanos chinos para adquirir leche maternizada de fabricación foránea, lo que ha obligado a algunos establecimientos a limitar el número de artículos adquiridos por cada cliente.

   Hong Kong no está libre de la leche adulterada, sin embargo, ya que las autoridades sanitarias de la ex colonia detectaron rastros de melamina en un helado de marca china. Y tampoco lo están Birmania, Bangladesh, Yemen, Burundi y Gabón, países a los que, según ha confirmado China, el Grupo Sanlu exportó leche en polvo.

   Mengniu, por su parte, exporta sus productos lácteos a Singapur, Filipinas, Malasia, Namibia, Angola y Omán, si bien los productos de Sanlu son los más afectados por la contaminación de melamina (contenían por encima de los 2.000 miligramos, frente a los menos de 600 mg de otras marcas).

LOS ADULTOS NO SUFREN RIESGOS RENALES

   Según señaló Luo Yunbo, decano de la Facultad de Ciencias de la Alimentación e Ingeniería Nutricional de la Universidad Agrícola de China, aunque es natural que la actual crisis alimentaria provoque la alarma de la población, los adultos que hayan consumido leche adulterada no sufren un riesgo verdadero de desarrollar cálculos renales, tal y como ha ocurrido entre los bebés que ingirieron la leche adulterada.

   "Los estudios muestran que el organismo puede deshacerse de la sustancia. Los adultos no tienen motivo para preocuparse, ya que la leche no es el principal alimento de su dieta. Pero sí lo es de los bebés, que además son demasiado pequeños para eliminar la sustancia", comentó en declaraciones a Europa Press.

  "Este incidente va a conducir a una crisis de confianza entre la población", comentó por su parte a Europa Press Hong Ting, experto de la compañía aseguradora Guotai Jun'an.

   "El principal problema es que la fuente de la contaminación es la leche, y que esto afecta a todos los productos con contenido lácteo. El Gobierno tomará medidas para regular el sector lechero y controlar la compraventa de leche y los análisis de calidad. El mercado terminará recuperándose pero no será nada fácil para Sanlu. A Nestlé ya le ocurrió hace varios años cuando se encontró un exceso de yodo en su leche en polvo", apuntó Hong.

   En la calle, los consumidores muestran su inquietud ante un nuevo escándalo que viene a sumarse a la larga lista de problemas de seguridad alimentaria y medioambiental que acumula China.

   "La verdad es que nosotros no nos fiamos mucho de los productos chinos y siempre hemos comprado leche importada para nuestro bebé. Para la comida de los niños es mejor comprar alimentos extranjeros", comentó a Europa Press una mujer, de apellido Li y madre de un niño de tres años.

   "El aire, las verduras, ahora la leche* Me pregunto qué ha estado haciendo el Gobierno antes de que se hiciera público esto. Ahora que ya está saliendo en las noticias espero que empiecen a hacer algo. En China la gente corriente no puede hacer nada. Si quieren ser corruptos, que lo sean, pero que no jueguen con la comida que nos llevamos a la boca", afirmó por su parte un indignado abuelo pekinés, apellidado Zheng y abuelo de un niño de casi dos años.



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