21 de octubre de 2008
Por Ignacio García ? www.limonauto.comA pesar que en Puerto Rico el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) tiene en vigor un Reglamento de Garantías de Vehículos de Motor y además ofrece con un foro adjudicativo de querellas lo cual es libre de costo, son pocas las defensas que el consumidor puede esgrimir a la hora de asegurar el cumplimiento de la garantía de su vehículo de motor, ya sea nuevo o usado.
De acuerdo a nuestra experiencia en www.limonauto.com , esto se debe a tres factores principales, a saber: 1) la inexistencia de una “ley limón” en Puerto Rico; 2) Reglamentación de DACO repleta de lagunas; 3) Procedimientos adjudicativos de DACO arcaicos que no responden a las necesidades del consumidor de hoy día.
El propósito principal de la “ley limón”, medida que existe en todas las jurisdicciones federales menos Puerto Rico, es establecer parámetros mínimos para el cumplimiento de las garantías de autos nuevos. Los parámetros establecidos consisten principalmente en establecer que el vendedor de un auto o su fabricante tienen solo 3 ó 4 oportunidades para reparar cualquier defecto grave que afecte notablemente el funcionamiento, valor o seguridad de un auto nuevo.
Actualmente, el Reglamento de DACO dispone que el vendedor de un auto debe reparar cualquier defecto grave luego de una “oportunidad razonable” de intentos de reparación, pero no define cuantas oportunidades constituye un número “razonable”. El Reglamento de DACO establece que se determinará de “caso a caso” si un auto nuevo ha sido objeto de un número razonable de intentos de reparación.
Es decir, a usted se le puede dañar su auto nuevo en digamos 10 ocasiones, sin embargo, no será hasta luego que un juez administrativo de DACO vea su caso que se determinará si su auto nuevo fue objeto de un número de intentos de reparación “razonable” (suficientes) para ordenar el cancelamiento del contrato de compra del mismo. Dicho tipo de ambigüedad en el lenguaje del Reglamento de DACO es totalmente inaceptable, especialmente si se toma en consideración que todas las jurisdicciones federales cuentan con una “ley limón” que establece con exactitud la cantidad de oportunidades de reparación que se entenderá como “razonable”.
Los problemas de los consumidores adquirientes de autos limones, ya sean nuevos o usados, se complican sustancialmente debido a los procedimientos adjudicativos de DACO arcaicos que no responden a las necesidades del consumidor de hoy día. El resultado es que el trámite de una querella de autos ante DACO se puede demorar hasta 17 meses de principio a fin. Mientras DACO toma su tiempo adjudicando la querella del consumidor, éste se ve forzado a continuar pagando el financiamiento del auto, ello a pesar que muchas veces el auto pueda estar daٶado y estacionado en el hogar del consumidor.
A pesar que el foro adjudicativo de querellas de DACO esta diseñado con los mejores intereses del consumidor en mente, la realidad es que en la mayoría casos el proceso se convierte en uno lento, costoso y poco eficiente para el consumidor. Incluso, muchos consumidores son hasta invitados o retados a acudir al DACO por los vendedores de autos defectuosos que entienden que sus abogados siempre prevalecen en los casos ante la agencia.
El problema principal es que una vez el consumidor radica una querella ante DACO por defectos con su vehículo, los vendedores y distribuidores de autos contratan los mejores abogados para defenderse ante la agencia. El DACO por su parte, no le asigna ningún abogado al consumidor. Ante dicha situación, los consumidores siempre se encuentran en una gran desventaja de conocimiento legal.
A las querellas ventiladas por DACO le aplican un sin numero de reglas de procedimiento que le aseguran a las partes un debido proceso de ley. En el caso de querellas de autos, también le aplican diferentes leyes y reglamentos de carácter altamente técnico. Es aquí donde más las compañías de autos se aprovechan del consumidor que no tiene conocimiento legal. Lo que hacen es crear demoras largas utilizando tecnicismos legales o manipulan una gran parte de las vistas donde se deciden los casos. Al no tener un abogado que los represente, el consumidor no puede combatir todos los ataques legales que enfrenta. El resultado es desastroso para el consumidor.
De acuerdo a un estudio de la firma J.D. Power and Associates del 2007, los vehículos nuevos en Estados Unidos y Puerto Rico promedian al menos una visita al concesionario por algún fallo mecánico en los primeros 90 días de comprados. Además, de acuerdo al Centro para la Seguridad Vehicular, al menos un 10% de los autos nuevos salen “limones”.
La situación en Puerto Rico se complica cuando se toma en consideración que en la Isla se venden aproximadamente 125 mil autos nuevos al año y el número de vehículos existentes bajo los términos de garantía en todo momento supera los 500 mil, mientras que solamente existen alrededor de 180 concesionarios autorizados en la Isla para realizar las reparaciones bajo los términos de las garantías de los fabricantes.
La escasez de concesionarios autorizados en Puerto Rico es una situación muy preocupante que ha ido empeorando, lo cual crea aún más demoras injustificadas en las reparaciones de autos bajo garantía. La prestación de servicios en garantía en la Isla es indudablemente la peor de todas las jurisdicciones federales y nunca cambiara al menos que finalmente contemos con una ley limón.
Es meritorio señalar que la “ley limon” fue aprobada en Puerto Rico en el año 2000. Sin embargo, la misma fue derogada de manera altamente cuestionable a finales del año 2004. Dicha derogación se hizo incluso sin la celebración de una sola vista pública de parte de la Asamblea Legislativa. Durante el cuatrienio actual, nosotros en www.limonauto.com abogamos fuertemente por la aprobación de una nueva “ley limón”. Luego de 3 años de trabajo, la Asamblea Legislativa aprobó una nueva versión de la “ley limón”, la misma llevaba el titulo oficial de “Ley de Cumplimiento de Garantías de Vehículos de Motor Nuevos”. No obstante, el Gobernador Aníbal Acevedo Vila procedió a vetar la medida.
A pesar de lo complicado que por todas las razones que hemos explicado las reclamaciones de vehículos de motor a veces se pueden tornar muy complicadas, es de suma importancia que los consumidores no se den por vencidos y lleven sus reclamaciones hasta las últimas consecuencias. De lo contrario, la industria automotriz local continuará aprovechándose de los consumidores según mejor les convenga.
La realidad es que en muchos aspectos el estado de derecho actual en Puerto Rico aplicable a reclamaciones de autos defectuosos es sumamente favorable para los consumidores. El problema es que la mayoría de los consumidores no tienen acceso a la información y/o representación legal para hacer valer sus derechos. Desafortunadamente, la mayoría de las veces no es suficiente llamar al DACO para una orientación o radicar una querella en dicha agencia. Los procedimientos legales, ya sean ante un foro judicial o administrativo, pueden ser sumamente complicados y técnicos, por lo que el consumidor debe obtener su propia representación o por lo menos asesorarse directamente con un experto en la metería de reclamaciones de autos.
Para más información sobre sus derechos en torno a vehículos de motor, puede visitar la página cibernética www.limonauto.com