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  Por el libro

31 de octubre de 2008

Por: Yahoo.com

La crisis económica que vive Estados Unidos tiene un gran impacto en la población anciana, cuya situación, ya de por sí difícil, se agrava al tener que usar sus ingresos para pagar el alquiler, comprar medicamentos o comer.

 Para muchos ancianos que recibían ayuda económica de sus hijos su situación se ha complicado más ya que han perdido ese ingreso adicional después de que éstos quedaran sin empleo o sin sus hogares.

 "Esto es un efecto dominó", comentó a Efe Zuleika Cabrera, directora fundadora del Instituto Puertorriqueño/Hispano para Personas Mayores, una organización comunitaria que brinda servicios sociales y legales a este sector de la población.

 Aunque la crisis económica ha tocado todas las clases sociales, las minorías están siendo particularmente afectadas, muchos de los cuales viven bajo los niveles establecidos para definir la pobreza por el gobierno federal, de 14,000 dólares anuales para una pareja y de 10,400 dólares al año para una sola persona.

 "Los precios de la comida, ropa, luz, vivienda, entre otros artículos de primera necesidad han subido y no tienen lo suficiente para poder vivir. Muchos cuentan sólo con el Seguro Social y el Seguro Social Complementario", comentó Cabrera, quien agregó que desde que se desató la crisis económica ha aumentado el número de personas que acuden al Instituto en busca de ayuda.

 "Cada día tenemos más y más personas con más y más emergencias, con más necesidades y no sólo ancianos (mayores de 62 años), también personas en sus cincuenta, que han perdido el empleo. Las agencias comunitarias estamos haciendo el trabajo del gobierno de ayudarles y con menos recursos", indicó.

 Los hispanos que vinieron a EEUU hace varias décadas y que eran obreros no diestros se emplearon en fábricas, restaurantes, en la agricultura u obreros de construcción con bajos salarios, por lo que hoy sus ingresos de Seguro Social son bajos.

 A estas personas, o aquellas que se incapacitaron y no acumularon suficiente tiempo pagando el Seguro Social o aquellas que nunca lo pagaron, aunque trabajaron, reciben lo que se conoce como Seguro Social Complementario.

 De acuerdo con el Censo, para 2006 la población de 60 años o más en la ciudad de Nueva York era de 1,35 millones de habitantes, el 16,5 por ciento de sus habitantes.

 Para esa fecha, el 49 por ciento de todas las personas de 65 años o más eran minoría, comparado con el 43 por ciento en 2002 y de 35 por ciento en 1990.

 Los datos, provistos por el Instituto Puertorriqueño, indican además que una gran porcentaje de la población anciana de minoría viven en pobreza: el 30 por ciento de los hispanos, el 29 por ciento de los asiáticos y el 20 por ciento de los negros.

 El ingreso promedio en el hogar de un anciano en la ciudad para 2006 era de 26,536 dólares al año, por debajo del promedio nacional de 30,200 dólares, basado en datos del Censo, pero varía según el grupo étnico.

 En el caso de los hispanos, el ingreso promedio por hogar era de 12,500 dólares, 62 por ciento por debajo del ingreso de un hogar anglo mientras que para los negros era de 22,500 dólares.

 El puertorriqueño Mario Vivier, de 77 años, vive con su esposa de 73 años en un proyecto de interés social y cuentan con un ingreso en conjunto menor de mil dólares al mes -por debajo del nivel de pobreza- para cubrir sus gastos.

 Desde el pasado enero incrementó el alquiler a 305 dólares al mes "y por ahora" -advirtió- no pagan luz ni agua, "pero ya dijeron que habrá que pagar".

 El anciano, que trabajó toda su vida en restaurantes y su esposa ha sido ama de casa, aseguró que compran "lo que pueden" para comer. "Yo por lo menos almuerzo en el centro (para ancianos)" al que acude todos los días aunque lamenta que tiene que gastar dos dólares para transporte.

 También pagan deducible para medicamentos y agradece que por lo menos vive en un proyecto de vivienda pública. La pareja tiene una hija casada que vive en Pensylvania pero no les ayuda económicamente.

 "Tenemos que ver cómo podemos proteger a nuestra gente para que no sigan sufriendo tanto porque ahora los programas (para los ancianos y comunidad en general) han sido reducidos y tenemos menos y menos recursos", señaló Cabrera, cuya organización realizó hoy su convención anual en la que ofrecen diversos talleres educativos a los ancianos sobre salud, finanzas y sus derechos, entre otros.

 Centros de ancianos, donde se les provee de comida y asistencia social, ubicados en edificios del Departamento de Vivienda, serían cerrados y centralizados los servicios, lo que afectará a esta población.EFE



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