El Nuevo Dia
La llegada de la cadena sueca IKEA a Puerto Rico ha generado malestar entre los clientes que critican el concepto de negocio que abrieron en la Isla, que consta de un área de exhibición en la que nada está a la venta. Para poder comprar, los consumidores deben hacer una orden y pasar a recogerla luego.
A pesar de que la empresa indicó que la mercancía estaría lista el mismo día, en órdenes que se realicen en la mañana, o el día después, los clientes están que truenan porque algunos llevan varios días esperando por el despacho de sus compras.
Algunos han llevado su reclamo a la página de Facebook de IKEA Puerto Rico, en la que hay decenas de comentarios de personas desencantadas por el concepto que eligieron los propietarios de la franquicia para introducir la tienda en la Isla, y enojadas por la tardanza en las entregas. Los usuarios de Facebook también criticaron que la empresa no haya reaccionado a las quejas de los clientes en las redes sociales.
"DACO. 4to día esperando por algo que me dijeron que tardaba 24 horas", escribió una clienta, que se hizo eco de comentarios de otros usuarios de que para que se querellen contra la tienda en el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO).
"Esta tienda está llena de anuncios engañosos. Tanta promoción que hicieron y en ningún momento le dejaron saber a la gente que el concepto que iban a traer de Ikea era una tienda de pedidos. No hay ni un artículo a la venta en la "mini-tienda". Ni las velas de $2 te las puedes llevar al momento, las tienes que ordenar para buscarlas en 2 días y si tu pedido es de menos de $25 te cobran una penalidad. Tan fácil que era dejarle saber a la gente que esta tienda era para probar el mercado y ver si funcionaba", expresó otro consumidor.
"Ikea, ¿por qué no contesta ninguno de nuestros comentarios? Que chévere el servicio al cliente!!! Queremos saber que está pasado con la mercancía que ordenamos y que supuestamente estaría en la tienda en 24 horas y todavía no está!!!", comentó otra persona.
Los operadores que atienden las llamadas de los consumidores de Puerto Rico indican que los retrasos se deben a un volumen de ventas mayor de lo esperado, y se disculpan por los inconvenientes, pero se niegan a cancelar las órdenes, que se dejan pagas.
El Nuevo Día se comunicó con la encargada de mercadeo de IKEA en Puerto Rico, pero esta no respondió las llamadas.