13 de enero de 2012
El Nuevo Herald
GINEBRA -- El año 2011 fue el más oneroso de la historia para las empresas aseguradoras en la cobertura de daños derivados de desastres naturales, con un montante de entre $350,000 y $380,000 millones, informó el miércoles el sector. Los terremotos en Japón en marzo y en Nueva Zelandia registrados en febrero representaron la mayor parte de este desembolso para la industria, de acuerdo con los datos de las aseguradoras Swiss Re y Munich Re. Swiss Re destacó que la cifra podría haber sido peor para el sector si Japón hubiera tenido una mayor cobertura, mientras que Munich Re indicó que el 2011 fue especial porque los daños por desastres geofísicos superaron a los de desastres meteorológicos. En relación con el terremoto y posterior tsunami en la costa noreste de Japón, Munich Re subrayó que "incluso sin considerar las consecuencias del accidente nuclear, las pérdidas económicas fueron de $210,000 millones, lo que representa la catástrofe natural más onerosa de todos los tiempos". Las pérdidas en Nueva Zelanda fueron de alrededor de $16,000 millones, con una cobertura aseguradora por un valor total de $13,000 millones. Kurt Karl, economista jefe de Swiss Re, manifestó en un comunicado que el "2011 quedará como otro año muy trágico de terremotos muy costosos. Desgraciadamente, los seguros contra terremotos siguen siendo escasos, incluso en países industrializados con un alto riesgo sísmico como Japón". "Esto quiere decir que a la pérdida de seres queridos las sociedades afrontan unas pérdidas financieras enormes que tienen que asumir empresas, organizaciones de ayuda, gobiernos y, en última instancia, los contribuyentes", explicó Karl. El profesor Peter Hoppe, jefe del departamento de riesgos geofísicos de Munich Re, descartó que estemos ante un incremento estadístico de los terremotos, pero instó a tener en cuenta estos episodios a la hora de tomar decisiones "sobre donde construir ciudades, especialmente cuando hay centrales atómicas". "Los protocolos de construcción en regiones expuestas a terremotos deben ser incluso más estrictas, de manera que los edificios no solo permanecen en pie tras el seísmo, sino que pueden volver a ser utilizados", agregó.