29 de diciembre de 2011
WSJ
Un informante en un caso de fraude estatal contra Bank of New York Mellon Corp. ha proporcionado a los fiscales un vistazo dentro de la singular forma en que el banco supuestamente se apuró a contener las consecuencias de una creciente investigación por parte del gobierno, de acuerdo con cientos de páginas de documentos confidenciales. Mientras los investigadores buscaban determinar si el banco cobraba de más a los clientes para ejecutar sus operaciones en divisas, un alto ejecutivo de BNY Mellon apodado "Rambo" instó a los operadores a no decirles a los clientes cuánto dinero habían hecho mediante las transacciones, según el informante. A los funcionarios del banco les preocupaba que los clientes pasaran a realizar sus propias operaciones de divisas, donde el margen de ganancias del banco era mucho menor, señala un memorando interno. La entidad también modificó su sitio web, alterando la redacción de sus prácticas comerciales. Y cuando una antigua empleada del banco oyó hablar acerca de la investigación del gobierno expresó: "Se acabó, se acabó todo", de acuerdo con el informante. Los documentos, que incluyen materiales de la empresa, correos electrónicos y observaciones, fueron presentadas a los fiscales de Florida por los abogados del denunciante Grant Wilson y obtenido por The Wall Street Journal a través de una solicitud de registros abiertos. Wilson se desempeñó como informante del gobierno durante dos años mientras trabajaba como operador de divisas en BNY Mellon, lo que le daba una extraordinaria visión de lo que sucedía dentro del banco en tanto se desarrollaba la investigación. La vasta documentación, incluyendo sus descripciones acerca de cómo el banco procesaba las operaciones que supuestamente dieron lugar a las sobrecargas a los clientes, podrían aumentar la presión sobre BNY Mellon cuando se enfrenta a una creciente investigación de las autoridades. Cinco estados, incluyendo Florida, y el fiscal federal de Manhattan presentaron demandas civiles en los últimos meses contra BNY Mellon, en busca de más de US$2.000 millones en daños. Las demandas alegan que el banco defraudó a los fondos de pensiones y a otros clientes mediante la sobrecarga sistemática sobre las transacciones de divisas. Entretanto, BNY Mellon niega todas las acusaciones y enfrenta los juicios. Un portavoz señaló: "Un puñado de documentos elegidos de entre millones reunidos durante una década no reflejan la forma en que hacemos negocios o el valor que ofrecemos a nuestros clientes". Por su parte, Wilson declinó hacer comentarios. A su vez, su abogado Michael A. Lesser, de Thorton & Naumes LLP en Boston, no quiso declarar en relación con los documentos, explicando que se trata de un "litigio activo". Wilson, de 53 años, es parte de un grupo de informantes que busca una participación de hasta 25% de la recuperación que los estados obtengan en muchos de los casos de BNY Mellon. A través de los documentos, Wilson ofrece íntimos retratos de sus colegas, incluyendo detalles sobre sus familias, los problemas personales y su situación financiera. La información podría ser utilizada por los fiscales para ayudar a determinar quiénes podrían ser testigos en el caso contra BNY Mellon y quiénes podrían resultar hostiles. Wilson señaló a un operador a quien describía como "no muy feliz" y que odiaba al banco "por no apreciar su enorme talento durante años". Un tema a discutir en las demandas presentadas contra BNY Mellon es su servicio de "instrucción permanente". Es decir, cuando los fondos de pensión y otros clientes permiten al banco manejar de manera unilateral sus operaciones de divisas extranjeras. Los clientes podrían en cambio negociar sus propias operaciones, pero eso requeriría de personal y tecnología.