22 de diciembre de 2011
Wsj.com
Burger King, el eterno número 2 en la guerra de las hamburguesas, está por ser superada por una niña pelirroja con trenzas. Wendy's Co. se encamina a sobrepasar a Burger King Holdings Inc. en ventas en Estados Unidos y ubicarse por detrás del rey de la industria, McDonald's Corp., lo que representaría el primer reordenamiento del trío desde 1969, cuando se fundó Wendy's. Se espera que los estadounidenses gasten más de US$175.000 millones en restaurantes de comida rápida este año, un alza de 3% frente a 2010. Las ventas de Wendy's en locales abiertos desde hace al menos un año en EE.UU. aumentarían 1,1%, mientras que las de Burger King caerían 3,9%, según la firma de investigación de mercado Technomic Inc. Eso significa que las ventas en los restaurantes de Wendy's en EE.UU., tanto las concedidas en franquicia como las operadas por la empresa, se encaminan a llegar a US$8.420 millones, o US$53 millones más que las de Burger King este año, según un análisis de Technomic para The Wall Street Journal. Eso está en línea con las expectativas de algunos analistas. Las dos empresas divulgarán sus resultados del cuarto trimestre a principios de 2012. Wendy's le ha ganado terreno a Burger King sin abrir más restaurantes: la cantidad de locales en EE.UU. se ha mantenido en 5.800, comparado con los cerca de 7.200 de Burger King. McDonald's es de lejos el líder, con más restaurantes que Wendy's y Burger King combinadas, y casi el cuádruple de las ventas totales en EE.UU. de cualquiera de sus dos rivales. La fortuna de Wendy's ha revivido desde que Triarc Cos., del inversionista Nelson Peltz, compró la cadena en 2008. De la misma forma en que McDonald's ha ampliado su menú y remodelado sus restaurantes, Wendy's ha mejorado su menú, cambiando la lechuga de sus ensaladas y suavizando las esquinas de sus clásicas hamburguesas cuadradas. También ha elevado algunos precios. Los cambios llegan en medio de una agudización de la competencia por cuota de mercado en la industria de la comida rápida, en momentos en que se ha reducido el margen para el crecimiento de restaurantes y la tambaleante economía estadounidense ha llevado a muchos a comer en casa.