20 de diciembre de 2011
Wsj.com
AT&T Inc. cedió ante las autoridades antimonopolio de EE.UU. y retiró su compra por US$39.000 millones de T-Mobile USA, con lo que puso fin a una pugna de nueve meses para completar un acuerdo que muchos vieron como un fracaso seguro y dejó a ambos operadores buscando una salida. El fracaso se produjo luego que AT&T retirara la solicitud que presentó ante la Comisión Federal de Comunicaciones y pusiera en pausa las medidas para luchar contra la demanda del Departamento de Justicia destinada a impedir la operación. Finalmente, el operador decidió que no podía lograr un paquete de desinversiones u otras tácticas para apaciguar a los funcionarios estadounidenses que habían considerado la medida anticompetitiva y contra el interés público. La medida representa un revés para el director ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, para quién la fusión era el primer gran acuerdo en sus cuatro años en el cargo. Sin embargo, fue una victoria para el Departamento de Justicia, cuyo equipo antimonopolio tomó una posición inflexible frente al acuerdo en agosto.