16 de diciembre de 2011
La Opinion
Washington/EFE — El presidente Barack Obama y su secretaria de Trabajo, Hilda Solís, presentaron ayer una propuesta para que alrededor de dos millones de trabajadores domésticos cobren el sueldo mínimo y compensaciones por horas extras. Obama recordó que la normativa que regula esos empleos está anticuada -data de 1974- y que esos empleados son tratados como "niñeras", por lo que ya es hora de que reciban un pago justo por sus servicios, que van desde la asistencia a mayores, enfermos o discapacitados. "Trabajan duro y respetan las reglas y deberían ver que su trabajo y responsabilidad es recompensada", dijo Obama. Solís indicó que una mejora de las regulaciones para los empleados de asistencia a domicilio tendrá un impacto muy positivo en la vida de la población latina, que supone un 12% de los cerca de dos millones de estos trabajadores. La mayoría de los empleados de cuidado a domicilio son mujeres de las minorías afroamericana e hispana y no ven recompensadas las largas horas de trabajo extra, al tiempo que tienen que recurrir a la ayuda social, "algo inaceptable", según Solís. Hasta el momento, los trabajos de cuidado en el hogar son contemplados por la ley actual como una labor de ‘acompañante’, por lo que no se someten a las regulaciones de la Ley de Estándares Justos de Trabajo, que establece provisiones sobre salario mínimo y pago de las horas extra trabajadas.