15 de diciembre de 2011
El Nuevo Dia
WASHINGTON - Estrujados por el creciente costo de la vida, un número récord de estadounidenses —casi uno de cada dos— vive en pobreza o está cerca de ella. Los datos más recientes del censo señalan que la clase media está reduciéndose debido a que el desempleo sigue elevado y la red de seguridad del gobierno se ha desgastado. Las nuevas cifras se dan luego de años de estancamiento salarial para la clase media, algo que ha afectado a millones de trabajadores y sus familias. "Los programas de la red de seguridad como vales para alimentos y créditos fiscales evitaron que la pobreza aumentara todavía más en el 2010, pero muchas familias de bajos ingresos que enfrentan gastos médicos y otros relacionados con el trabajo son consideradas demasidado 'ricas' para recibirlos", dijo Sheldon Danziger, un profesor de políticas públicas de la Universidad de Michigan que se especializa en pobreza. "La realidad es que el panorama para los pobres y los casi pobres es desalentador", dijo. "Si el Congreso y los estados hacen más recortes, podemos esperar que el número de familias pobres y de bajos ingresos aumente en los próximos años". Cerca de 97,3 millones de estadounidenses caen en la categoría de bajos ingresos, definida comúnmente como quienes ganan entre 100 y 199% del nivel de pobreza, basados en una nueva medida complementaria de la Oficina del Censo diseñada para proporcionar un panorama más completo de los pobres. Junto con los 49,1 millones que caen debajo de la línea de pobreza, suman 146,4 millones, el 48% de la población estadounidense. La cifra es cuatro millones más alta que la del 2009. La nueva medida para determinar si alguien es pobre toma en cuenta los costos médicos y de viaje al trabajo, entre otros. De esa manera, la cifra de personas que caen debajo del 200% de la línea de pobreza aumentó respecto a los 104 millones —uno de cada tres estadounidenses— reportados oficialmente en septiembre. Divididos por rangos de edad, 57% de los niños es pobre o de bajos ingresos. Por raza o etnia, los hispanos se hallan en lo alto de la lista con 73%. Robert Rector, un investigador de la Heritage Foundation, puso en duda si algunas personas clasificadas como pobres o de bajos ingresos de verdad pasan penurias materiales. Dijo que aunque los programas asistenciales han ayudado a muchos estadounidenses, han ido demasiado lejos, y dio como ejemplo personas pobres que viven en casas suficientemente amplias, conducen auto y poseen televisiones de pantalla ancha. "No hay duda de que la recesión ha dejado a muchas personas sin trabajo y de que los ingresos han bajado", dijo Rector. "A medida que vamos saliendo de la recesión, será importante que estos programas promuevan la autosuficiencia en lugar de la dependencia, y que alienten a las personas a buscar empleo". Los alcaldes de 29 ciudades dicen que más de una de cada cuatro personas que necesitaba asistencia alimentaria de emergencia no la recibió. Muchos estadounidenses de clase media han caído debajo de la línea de pobreza —la cual se ubica cerca de 45.000 dólares al año para una familia de cuatro— debido a recortes salariales, reducciones forzadas de horas trabajadas o porque uno de los cónyuges ha perdido el empleo. Los costos de vivienda y cuidado infantil consumen casi la mitad de los ingresos de una familia. Los estados del sur y del oeste del país tuvieron la mayor concentración de familias de bajos ingresos, incluidos Arizona, Nuevo México y Carolina del Sur, los cuales han eliminado o reducido los programas asistenciales para los necesitados. A grandes rasgos, tales familias eran más numerosas en California y Texas, con más de un millón en cada estado. Entre los estadounidenses en apuros se encuentra Zenobia Bechtol, de Austin, Texas, quien gana el salario mínimo como repartidora de pizza de medio tiempo. Bechtol, de 18 años, y su bebé de siete meses fueron desalojados recientemente de su apartamento infestado de chinches luego de que su novio, un electricista, perdió su empleo. Tras una búsqueda de trabajo de 18 meses, el novio de Bechtol ahora trabaja como mesero, y la familia de tres vive temporalmente en casa de la madre de ella. "Le pagamos a mi mamá 200 dólares al mes como renta, y luego de los pañales, la fórmula (láctea para el bebé) y la gasolina para ir a trabajar, apenas tenemos dinero suficiente para gastar", dijo Bechtol, una graduada de secundaria que desea ir a la universidad. "Si no fuera por los vales para alimentos y otro dinero del gobierno para las familias que necesitan ayuda, no seríamos capaces de sobrevivir".