15 de diciembre de 2011
WSJ.com
Decenas de bancos de Europa han vendido grandes cantidades de seguros a otros bancos e inversionistas como protección contra los riesgos de impago de países en problemas, en lo que constituye el ejemplo más reciente de los enormes enredos financieros entre los bancos y gobiernos del continente. Los últimos datos divulgados por los reguladores bancarios europeos la semana pasada sugieren que los riesgos de que los bancos sufran pérdidas vinculadas a sus carteras de bonos soberanos europeos podrían ser mayores y más extendidos de lo que se creía. Los bancos europeos han vendido pólizas de seguros por un valor de 178.000 millones de euros (US$328.000 millones), en la forma de derivados financieros conocidos seguros contra cesaciones de pago, sobre bonos emitidos por los gobiernos de Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España. Si esos países caen en impago, como temen algunos inversionistas, los bancos podrían tener desembolsar grandes sumas a los titulares de estos seguros. Los bancos se han cubierto al menos parcialmente de tales pérdidas potenciales comprando grandes cantidades —unos 169.000 millones de euros— de seguros contra cesaciones de pagos vinculados a los mismos bonos, aparentemente en gran medida de otros bancos europeos, según datos de la Autoridad Bancaria Europea (ABE). Las revelaciones subrayan otra capa de riesgo entrelazada en el sistema bancario europeo. Por lo pronto, los temores de inversionistas acerca de cientos de miles de millones de euros de bonos gubernamentales potencialmente riesgosos en poder de bancos europeos han socavado la confianza en el sector, dificultando que muchos bancos financien sus operaciones. Un interrogante clave para calibrar los riesgos que afronta cada banco en particular es de quién compró la protección. Los datos de la ABE no dan una respuesta. Algunos bancos grandes, como Deutsche Bank AG y Barclays PLC, dicen que sólo compran seguros de bancos que no están expuestos al riesgo de los países contra los cuales buscan protección. Algunos analistas e inversionistas dicen que habían asumido que los seguros contra cesaciones de pago, conocidos como CDS (por sus siglas en inglés), eran principalmente vendidos por enormes bancos de inversión globales del Reino Unido, Francia y Alemania y Estados Unidos. Pero las nuevas cifras de la ABE indican que un amplio espectro de entidades europeas grandes y pequeñas —al menos 38— han vendido instrumentos que protegen contra pérdidas potenciales de bonos gubernamentales griegos, irlandeses, italianos, portugueses y españoles. "Hay una trama compleja", reconoce Mike Harrison, analista de Barclays Capital en Londres. "Está más disperso de lo que habíamos adelantado". De la protección total que los bancos europeos han emitido sobre bonos gubernamentales de los cinco países con mayores problemas de Europa, casi un tercio se originó en bancos alemanes. Deutsche Bank fue responsable de la mayor parte de ello, principalmente debido a sus extensos negocios de banca corporativa y de inversión. Al 30 de septiembre, el banco con sede en Fráncfort había vendido 37.400 millones de euros de dicha protección y comprado 34.500 millones de euros. Ejecutivos de Deutsche Bank aseguran que sus posiciones están bien cubiertas y que compran protección de CDS solamente de instituciones de fuera del país en el que el banco está tratando de comprar protección. En otras palabras, Deutsche Bank no compra CDS italianos de un banco italiano. Los diferentes grupos de bancos en el mercado de CDS soberanos significa que los riesgos se pueden propagar con mucha mayor rapidez por el sistema financiero. También es más difícil predecir cómo las pérdidas se distribuirían entre bancos y países, dicen los analistas. Los bancos y algunos analistas argumentan que la actual exposición del sector es mucho menor a los 178.000 millones de euros en CDS que han vendido, porque los bancos han comprado 169.000 millones de euros en protección similar de otras fuentes, lo cual puede compensar la exposición. Muchas de las compras y ventas de CDS de Deutsche Bank, por ejemplo, son con los mismos homólogos, con los cuales el banco alemán tiene acuerdos de compensación de pagos.